No es novedad que la banca clásica se encuentra enfrentada a las actuales billeteras virtuales. Los primeros sostienen que la competencia no es leal, ya que los bancos operan dentro de un estricto marco normativo y responden a infinidad de regulaciones, a diferencia de las billeteras virtuales conforme acusan las entidades. 

Por su parte, las fintech sostienen que han democratizado (en términos de acceso al usuario) la posibilidad de operar a través de medios de pagos no físicos, es decir dinero o tarjetas (controladas por las entidades bancarias). Adicionan además que usuarios no bancarizados encontraron bajo este sistema inclusión financiera, formalizándose así parte de le economía que operaba de forma irregular.

Dentro de esta situación, el Banco Central ha emitido una comunicación mediante la cual los usuarios de cuentas bancarias no podrán transferir dinero directamente a sus billeteras virtuales, sino que deberán validar su identidad, debiendo adecuarse las mismas al 1 de diciembre de este año.

El ente regulador argumentó que el nuevo mecanismo tiene como fin evitar la creciente tasa de fraudes. Las fintech respondieron por su parte, que se trata solamente de un mero ataque para perjudicar su actividad en beneficio de los intereses de los bancos. En este marco, la transferencia entre cuentas se verá limitada, no así el pago al contado a través de las billeteras.

El nuevo sistema de transferencias inmediatas pull requiere que el usuario a través de su cuenta de home banking, ingrese su clave y luego pase a confirmar su identidad. Cada entidad bancaria podrá establecer cuál será el sistema de validación a utilizar: tokens, datos biométricos, mensajes a través de dispositivos telefónicos, etc. Una vez concluido el trámite, será posible operar libremente.

El nuevo sistema pull reemplazará al Debin, el cual, según el BCRA, no fue creado a efectos de transferir dinero, sino a efectos de abonar al contado. Las fintechs entienden que entorpecerá el uso del producto, desmotivará las transferencias entre cuentas e inclusive obligaría al usuario a acercarse a un cajero.

Aún es pronto para avizorar resultados y el futuro de la aplicación de las nuevas regulaciones, aunque esta nueva polémica no será la última en enfrentar a la vieja banca con sus competidores tecnológicos.

*Alejandro A. Golob, departamento de Derecho Comercial de Grispo Abogados

Te puede interesar