La crisis de Silicon Valley Bank (SVB) representó el peor desplome bancario de los Estados Unidos desde la crisis financiera de 2008, un hecho que afectó seriamente a los mercados.
La caída del SVB Financial Group's fue causada, entre otros múltiples factores, por las consecuencias del incremento en las tasas de interés de los Estados Unidos.
Esta situación generó incertidumbre en el entorno, acerca de si otras instituciones también se encuentran en peligro, mientras se espera que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) adopte medidas más estrictas para paliar la situación.
En tanto, las perspectivas económicas y las posibles respuestas políticas ante el desplome del gigante bancario se mantienen en constante cambio.
Muchos inversores especulan que los primeros mercados en llamar la atención serán los de las divisas.
Los operadores están expectantes para ver si las monedas de refugio, como el franco suizo o el yen japonés mantienen las ganancias que obtuvieron el viernes recientemente en la bolsa, y si el dólar seguirá a la baja junto con las expectativas de rendimiento de los bonos del Tesoro a corto plazo.
"El mercado está revoloteando de un tema a otro, revelando la fragilidad subyacente", escribieron los estrategas de JPMorgan Chase & Co., en una nota a los clientes el viernes 10 de marzo.
La mirada estará puesta en las próximas acciones de la Fed y otros bancos centrales a nivel global, o cualquier hecho que suponga una mayor propagación de la crisis en el sector bancario estadounidense, más allá del caso de SVB.
De hecho, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos y el banco central debaten la posibilidad de lanzar de un fondo para permitir a los reguladores respaldar más depósitos en los bancos que presenten problemas de insolvencia similares.
Con respecto a SVB, los reguladores estadounidenses a cargo de supervisar su quiebra se adelantaron a vender activos y poner a disposición una porción de los depósitos no asegurados de los clientes desde el lunes, según informaron algunas fuentes.
Según los analistas de la política de la FED, probablemente centren su atención en la lectura de los índices de la inflación de precios al consumidor.
Por otro lado, en la zona del euro, el evento más importante será la decisión que tomé el Banco Central Europeo en los próximos días, donde se espera un aumento en las tasas de interés de medio punto.
Tras los comentarios por parte del presidente de la Fed, Jerome Powell, las expectativas de aumentos en las tasas de interés se incrementaron aún más, aunque luego se revirtieron debido a los temores en torno al sector bancario y a un informe de empleo mixto.
Al final de la semana, el mercado volvió a considerar una subida de un cuarto de punto como el resultado más probable, después de rondar el medio punto la última vez.
Mientras que el rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años disminuyó durante dos días seguidos, hecho no visto desde la crisis financiera global de 2008.
Al mismo tiempo, el índice de acciones bancarias de EE.UU. tuvo su peor semana desde la primera etapa de la pandemia de Covid-19 en 2020.
El índice Bloomberg Dollar Spot se desmoronó hasta un 0,9% el viernes, la mayor caída intradiaria desde comienzos de enero. Sin embargo, bajó un 0,4% y se mantuvo en alza durante toda la semana.
Paul Ashworth, economista jefe para América del Norte de Capital Economics, destacó en un comunicado que la situación de SVB es un "recordatorio oportuno" de que la Fed, cuando se enfoca en controlar la inflación con aumentos en las tasas de interés, a menudo rompe cosas.
"Independientemente de si los problemas aparecen primero en la economía real, los mercados de activos o el sistema financiero, pueden desencadenar un ciclo de retroalimentación adverso que se convierte en un aterrizaje forzoso, que acaba con todos ellos", advirtió Ashworth.
A su vez, China también estará en el centro de atención de muchos comerciantes una vez que empiece la semana tras la reelección de varios altos funcionarios económicos.