La Argentina vive casi de forma permanente atemorizada por el anuncio de una posible }devaluación, debido a nuestros problemas económicos. No obstante, algunos analistas, incluso, ya deslizaron una posible fecha.
En caso de que la devaluación suceda, el Gobierno deberá tener en sus manos un plan económico, ya que la devaluación no arreglará las inconsistencias que el país sufre.
Si bien devaluar no es un plan económico, la política cambiaria y el nivel del tipo de cambio es parte de un plan.
Si el solo hecho de devaluar nuestra moneda fuera suficiente para resolver nuestros problemas, la Argentina sería una potencia porque lo único que se hizo en forma constante fue desvalorizar el peso.
La inflación para la Argentina es un problema que ningún gobierno pudo controlar, ni le encuentra solución alguna.
La economía Argentina está altamente indexada, gracias a que cada suba del dólar impacta en los precios.
El traslado a precios de una devaluación es más rápido en economías de alta inflación y esta semana se conocerá el dato que nos acerca al 80% de inflación en los últimos 12 meses.
En julio, la Argentina tuvo una corrida contra nuestra moneda que llevó los dólares libres de $200 a $350, lo que generó una expectativa de devaluación inmediata.
En este caso, los precios marcaron una fuerte suba, y luego cuando recortaron y descendió a niveles de $280/$300 no se vio ningún precio bajar, por lo que la inflación quedó en un nuevo nivel del 7% mensual.
Por otro lado, en el caso que el Gobierno tuviera un plan económico integral que incorpore aspectos fiscales, monetarios, cambiarios que permitan mejorar las expectativas de los precios, se podrá ver cuál sería el tipo de cambio necesario.
El actual equipo económico, con el superministro Sergio Massa a la cabeza, tratará de evadir todo salto cambiario brusco, ya que sin credibilidad y sin un plan económico integral, empeoraría la muy mala situación económica del país.
La política cambiaria seguirá con devaluaciones diarias cercanas a la inflación, cepo a las importaciones y a la compra de dólares.
El paso que darían, sería prohibir el acceso a los dólares financieros, medida sumamente arriesgada.
Si bien el dólar oficial dejó de ser referencia, y se suma la medida de restringir el acceso de los dólares oficiales, el BLUE será el único en quedar.
Por estos motivos, es que el Banco Central fomenta a que se deje de operar en dólares en un mercado donde el precio se fije de manera transparente, con dinero fiscalizado tanto como por ellos como por la AFIP.
Sería importante que el BCRA pueda revisar esta política, ya que si bien las brechas entre dólar oficial y los financieros traen problemas a la economía, sería mucho más complicado adoptar que el único dólar accesible y de referencia fuera el informal.
En síntesis, una devaluación sin plan económico solamente agravaría la delicada situación económica del país, el Gobierno lo sabe y por eso evitará lo máximo posible dicho salto cambiario.
Desde la mirada del inversor si bien nunca puede descartarse totalmente la posibilidad de un suba fuerte del dólar, los instrumentos que ajustan por inflación siguen siendo los preferidos.