El titular de la Reserva Federal de EEUU, Jerome Powell, realizó el viernes un duro discurso en el que indicó que "bajar la inflación es un proceso que causará dolor", por lo que las tasas de interés mantendrán el ritmo ascendernte hasta que estén seguros de que los precios estén bajo control para evitar "un dolor mucho mayor".
Desde entonces, Wall Street reaccionó con fuertes bajas, inaugurando un septiembre tormentoso para los mercados de todo el mundo, con caídas de casi un 1,5% en Londres, Fráncfort , París y Milán.
Así, el índice de acciones mundiales de MSCI llegó a a su nivel más bajo desde julio, mientras los mercados de deuda pública europeos registraban más ventas tras su peor caída mensual en décadas.
El bitcoin también registró una fuerte baja, provocando que vuelva a bajar del límite de 20.000 dólares por unidad. Pero todo podría ser peor.
Cada vez que los activos "tradicionales" registran alguna turbulencia, los activos digitales emergen como alternativa y se revalorizan. Lo mismo ocurre a la inversa: las recientes caídas de los activos digitales se debe, en cierta medida, al aumento de los tipos de interés de los bonos estadounidenses, que aparecen como una opción de menor riesgo.
De esta forma, la política de altas tasas de la Reserva Federal que, según Powell, serán la principal defensa contra la inflación en Estados Unidos, terminará atentando contra las criptomonedas.
"Si la Fed, en su reunión de septiembre, confirma los planes de aumentar el volumen de la reducción del balance a $95.000 millones mensuales en las siguientes semanas, Bitcoin no solo podría volver a los mínimos de junio, sino alcanzar los 15.000 a 16.000 dólares", asegura el experto Iván Marchena.
Pero, qué pasará si la inflación no frena en EEUU. Según Marchena, el fracaso de la política de Powell dejaría "que a fines de otoño (primavera en el hemisferio sur) los inversores entren en pánico y generen una caída de la bolsa Estados Undiso en un 50 o 60% impulsando al Bitcoin a caer incluso hasta 8.000 dólares".
Este panorama coincide con el análisis de Jeremy Grantham, reconocido gestor de fondos de EEUU, que anticipa un "final épico" de la "superburbuja" bursátil inflada por años de dinero barato.
A comienzos de año, Grantham pronosticó un desplome del 50% de las principales acciones. En junio, el S&P bajó cerca de 25% luego de su pico en enero. Pero cayó 4,2% en agosto, mientras que el Dow Jones bajó un 4% y el Nasdaq cedió un 4,6%. Justamente, este último suele replicar el "pulso" del mercado cripto.
Para Marchena, el oro tendrá una perspectiva estable en 2022. "Creo que se va a mantener entre los niveles de 1.700 y 1.730 dólares", señala, a la vez que indica que, pese a todo, los activos digitales son la mejor opción.
"El ecosistema cripto genera une ntorno DeFi y gracias a la descentralización se dispersan funciones y poderes, logrando una democratización a nivel mundial. Algo que el sistema monetario actual no ofrece", remarca.
Además, indica que "la inflación es un fenómeno momentario y el sistema de emisión de las criptos es normalmente deflacionario, como Bitcoin, con un suministro limitado". Si bien no lo ofrece como solución al avance del costo de vida, sí como una alternativa para refugiar fondos.