El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que el "rápido crecimiento" de los activos de bitcoin y otras criptomonedas podría crear "nuevas vulnerabilidades en el sistema financiero internacional", a medida que los bancos del mundo se ajustan al reciente auge de las monedas digitales y las plataformas de blockchain.

El sistema financiero tradicional está examinando el bitcoin y el resto de las criptomonedas, que incluyen el token XRP, ethereum, litecoin, EOS y Stellar de Ripple Lab, entre otras, para evaluar cómo podrían integrarse como herramientas de inversión y formas de mover dinero a través de las fronteras de forma más rápida y económica.

El entusiasmo por estas nuevas tecnologías ha impulsado el precio de muchas de las principales criptomonedas a máximos estratosféricos en los últimos 12 meses. El año pasado, el precio de bitcoin se disparó de menos de u$s 1,000 a principios de 2017 a casi u$s 20,000 en diciembre.

Desde entonces, el precio de bitcoin ha retrocedido bruscamente, cotizando en la actualidad a alrededor de u$s 6,500 y arrastrando con ella a muchas de las mayores criptomonedas, que registraron, en promedio, descensos de hasta el 80% desde sus picos.

"Los ciberataques en infraestructuras financieras críticas representan una fuente adicional de riesgo porque podrían socavar los sistemas de pago transfronterizos e interrumpir el flujo de bienes y servicios. En este sentido, el rápido crecimiento continuo de los activos de cifrado podría crear nuevas vulnerabilidades en el sistema financiero internacional”, aseguró el informe del Fondo Mundial sobre Perspectivas de la economía mundial, publicado esta semana.

El mes pasado, el gobierno del Reino Unido calificó a las criptomonedas como el "salvaje oeste" y sugirió que la supervisión de la creciente industria se transfiera a su principal entidad de servicios financieros, la Autoridad de Servicios Financieros.

En febrero, la jefa del FMI, Christine Lagarde, subrayó que una acción reguladora internacional sobre las criptomonedas era "inevitable" y que las preocupaciones del FMI sobre las criptomonedas provienen en gran medida de su uso potencial en actividades financieras ilícitas.

"Una reversión indiscriminada de la reforma y la supervisión regulatoria posteriores a la crisis, tanto a nivel nacional como internacional, podría alentar una toma excesiva de riesgos, lo que conduciría a una mayor acumulación de vulnerabilidades financieras", advirtió el informe de octubre del FMI.

Algunos bancos ya están considerando implementar el nuevo servicio xRapid de Ripple Labs, que maneja las transferencias transfronterizas utilizando el token XRP digital y está diseñado para funcionar como un puente entre diferentes monedas de todo el mundo, permitiendo a los proveedores de pagos y los bancos procesar transacciones transfronterizas más rápidas. A principios de este año, el presidente ejecutivo de Ripple Lab, Brad Garlinghouse, se jactó de que habría "docenas" de bancos utilizando xRapid para fines de 2019.

En otros lugares, muchos grandes bancos de inversión, como el gigante bancario de Nueva York Goldman Sachs, están experimentando con productos basados en bitcoin para permitir que sus clientes participen en el mercado de criptomonedas sin tener que lidiar con los servicios de intercambio de criptos, a menudo poco regulados.

Por otro lado, un informe del mes pasado de la firma de ciberseguridad McAfee descubrió que los delincuentes cibernéticos están incrementando sus esfuerzos para atacar dispositivos con malware criptomoneda. Christiaan Beek, investigador de McAfee Advanced Threat Research, dijo que en los últimos años dispositivos como los routers de Internet se han convertido en posibles objetivos para los “hackers criptográficos”.

Según McAfee, se han robado aproximadamente 1.500 millones de dólares en criptomonedas en los últimos dos años.

Esta no es la primera vez que el FMI advierte sobre los riesgos de los bitcoins y las criptomonedas. El anterior informe de estabilidad del FMI aseguraba:

“A pesar de sus beneficios potenciales, nuestro conocimiento de sus riesgos potenciales y cómo podrían evolucionar aún está en desarrollo. Los mayores riesgos de ciberseguridad plantean desafíos para las instituciones financieras, la infraestructura financiera y los supervisores. Estos desarrollos deben actuar como un recordatorio de que el sistema financiero está evolucionando permanentemente, y los reguladores y supervisores deben permanecer atentos a esta evolución y listos para actuar si es necesario”.

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