El banco digital brasileño Nubank protagonizó a principios de diciembre pasado una de las salidas a bolsa más destacadas del 2020 en Wall Street, donde alcanzó una capitalización de 48.000 millones de dólares y se posicionó como la entidad financiera más valiosa de Latinoamérica.

La compañía, que cuenta con el apoyo de Berkshire Hathaway Inc. de Warren Buffett y SoftBank Group Corp, comenzó a cotizar en la Bolsa de Nueva York con un precio de salida de 11,25 dólares, un 25 % por encima de los 9 dólares fijados la noche anterior y que suponían el extremo más optimista de una horquilla que había sido previamente rebajada.

Y para este año analistas de firmas especializadas que van desde Morgan Stanley hasta Goldman Sachs Group Inc le ven un potencial de subida de hasta el 71%.

"Se prevé que el crecimiento de Nubank supere con creces al de sus homólogos mundiales, lo que justifica una valoración superior", sostienen los expertos acerca de la firma que tenía 48,1 millones de clientes en septiembre y que podría llegar, según estimaciones de Goldman Sachs, hasta los 108 millones en 2025.

NUbank debutó en la Bolsa de Nueva York con un precio de salida de 11,25 dólares

Los riesgos que podrían afectar a Nubank

Un riesgo clave para la trayectoria de crecimiento de la compañía fundada por el colombiano David Vélez es el empeoramiento del escenario macroeconómico en Brasil.

Es que este país es el escenario donde la compañía obtiene la mayor parte de sus ingresos y actualmente se enfrenta a un aumento de las tasas de interés y a una elevada inflación.

Además, para algunos economistas, Brasil podría ingresar en recesión este año.

"Nos preocupa más el empeoramiento de la calidad de los activos a medida que disminuye la capacidad de pago de los consumidores y se espera una desaceleración de la demanda de préstamos", manifestaron analistas de HSBC.

En cambio para Goldman, la baja cuota de mercado podría permitirle a Nubank crecer incluso en un contexto difícil en Brasil.

David Vélez, creador de Nubank

La historias de su creador

El empresario David Vélez dejó su Medellín natal y probó suerte con un banco digital en Brasil. Hoy, es el CEO de la fintech más valiosa del mundo occidental.

Estudió ingeniería en la Universidad de Stanford, donde más tarde también realizó un MBA. Los primeros pasos de su vida profesional fueron en el mundo de la banca de inversión: primero, como analista en Goldman Sachs; y luego, en Morgan Stanley.

Finalmente su camino se cruzaría con Brasil durante su etapa como senior associate del fondo de prívate equity General Atlantic.

"Abrir una cuenta en un banco en Brasil fue una completa pesadilla. Fui a la sucursal y quedé atrapado entre las puertas, sonaron las alarmas y llegaron guardias armados. Después tuve que hacer una fila de 20 minutos. No podía creer lo horrible que era la experiencia bancaria en ese país", contó el emprendedor.

Algo parecido le sucedió en su rol de socio en el fondo Sequoia Capital, que lo envió a ese país a buscar oportunidades de inversión. No obstante, el fondo decidió que no había volumen suficiente de negocios como para justificar un desembarco en ese mercado por lo que abandonaron el plan, aunque Vélez ya tenía decidido no regresar.

"En ese momento me cansé de tener el sombrero de inversionista y tenía ganas de estar del otro lado de la mesa, hacer funcionar las cosas, crear, construir. Veía muchísimas oportunidades en Brasil, por lo que decidí quedarme", relató.

Entonces puso sus ojos en el exterior. Sequoia Capital y Kaszek Ventures, fundado por los argentinos ex Mercado Libre Nicolás Szekasy y Hernán Kazah, aportaron u$s2 millones en marzo de 2013 para que Vélez pudiera comenzar con su aventura.

"'Nu', en portugués, quiere decir 'desnudo' y eso representa valores como la simplicidad y transparencia. Nosotros somos los enemigos de las grandes dificultades. También nos gustó la parte 'New' ('nuevo', en inglés) que tiene el sonido de la palabra", contó Vélez.

Fue así como inició la fintech con una oficina en San Pablo, 12 empleados y un primer producto en mente: una tarjeta de crédito, en sociedad con Mastercard, sin costo y con tasas de interés más bajas que las del mercado. El modelo, explicó, era posible debido al ahorro de costos por no tener sucursales físicas.

"Tener una red de sucursales como existe hoy tiene cada vez menos sentido, es un costo absurdo y son los clientes los que pagan la cuenta de seguridad, agua y energía. Lo vemos como lo que le pasó a Blockbuster con Netflix", concluyó.

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