El anfiteatro de la Usina del Arte, la vieja estación eléctrica reconvertida en centro de exposiciones, está repleto.

La centenaria construcción ubicada en La Boca fue el 21 de diciembre muestra de otra reconversión: la de las finanzas, a través de las criptomonedas. Su máximo representante, Vitalik Buterin, está a punto de ser escuchado por más de 300 personas.

La idea era que una de las mayores "naciones cripto" tenga contacto directo con el joven de 27 años cuya invención está revolucionando la economía, la política y la sociedad.

Las fotos de Vitalik poblaron las redes sociales durante el fin de semana, con emprendedores, referentes cripto locales, políticos. Esas imágenes no le hicieron justicia: es maś alto y cálido de lo que se ve en cada una de las instantáneas.

Vitalik durante la charla
Horacio Rodriguez Larreta se reunión con Vitalik en el recital Me verás volver.

La prensa, con la que no tuvo ningún contacto durante su estadía en Buenos Aires, está al fondo del auditorio, separada en un "corralito" negro.

–Soy periodista– alcanza a decir esta cronista, que fue adelantando lugares hasta estar frente a frente con el genio detrás de Ethereum que mira sorprendido.

La conferencia había terminado. Detrás del escenario, en los camarines donde se preparan los artistas antes de salir a escena, descansa Vitalik luego de una hora y media de su charla sobre el futuro de Ethereum, los NFT, de Bitcoin y blockchain.

Sostiene en un hombro una pequeña bolsa de tela en la que guarda golosinas, una gorra y cartas que le tiraron los arriesgados del público.

–¡Gracias, gracias por hacerme rico!– dijo uno de los tantos argentinos que poblaron el anfiteatro.

No quedan dudas. Buenos Aires lo cautivó. Por un momento, su charla conmigo parece la de dos turistas en una ciudad desconocida. El genio no esconde su asombro sobre lo que encontró en el país.

–En estos días vi que hay mucho talentos, me reuní con varios de ellos. La comunidad de Ethereum está creciendo y espero que pueda seguir así. Estamos trabajando para eso. Realmente creo que Argentina tiene mucho potencial– asegura Vitalik, mientras espera el auto que lo regresará al hotel.

Fuera de la Usina, las 300 almas que habían escuchado asombrados se van alejando. El predio suele albergar a las movidas culturales, artistas que están emergiendo y toman el lugar convirtiendo en un templo.

Esta vez no. La convocatoria surgió en internet, de improvisto. Y en menos de seis minutos ya no quedaban entradas. Los atentos o los que tuvieron la suerte de conectarse en el momento correcto están acá porque lo saben, como el secreto a voces que mejor corre por estos días: Vitalik Buterin está en Argentina.

El look "casual" de Vitalik

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El creador de Ethereum está en la Argentina desde el viernes a la noche. Pocos sabían de su visita y quien tiene la posibilidad no duda en sacarse una foto y postearla en sus redes sociales como si fuera un trofeo. Una señal para pertenecer a una comunidad, de haber estado al lado de una de las mentes más brillantes de la economía digital.

No habrá faltado, tampoco, algún desprevenido que en el recital homenaje a Soda Stereo lo haya confundido entre la multitud. Sencillo, tímido, despreocupado por las apariencias: a la "gala cripto" llegó con ropa deportiva y chancletas.

De ojos azules o verdes (según el flash) que brillan más que su intelecto posa con una sonrisa como quién desconoce su talento. Y es natural.

Buterin está acostumbrado a que lo llamen genio. Lo hacen desde mucho antes de crear Ethereum: a los 8 años demostró que su clase avanzaba por detrás de él y estaba preparado para pasar al siguiente nivel.

Así, como lo hizo cuando se apasionó por las criptomonedas pero Bitcoin le quedó chico. Le aportó lo que le faltaba. E inició una nueva revolución.

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En la Usina del Arte Son cerca de las diez de la noche. Como muchos rockstars internacionales, Vitalik conoció de primera mano la pasión de la audiencia argentina. Hasta recibió una encendida ovación al final.

El público se va alejando, aún repasando en su mente las lecciones de inglés que esta vez rindieron fruto. Habían escuchado a este joven ruso que nació en 1994 en Kolomna, Moscú, y gracias a Ethereum se convirtió en el el multimillonario cripto más joven del mundo.

Vitalik cautivó a las 300 almas que se reunieron a en la Usina (y a los miles que siguieron la transmisión en vivo)

Vitalik tiene cerca de 333.520 ETH, lo que equivale a unos 1.300 millones de dólares. Parece una persona común y corriente, pero no lo es.

Su hablar veloz, como si tuviera prisa para espiar lo que traerá el futuro, certificó en la charla que es una de las mentes más prodigiosas de esta era. No dudó un minuto en disparar punzantes dardos sobre el sistema actual, ni tampoco en arrojar algún que otro chiste festejado por la multitud.

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La comunidad argentina de Ethereum es inmensa. Cientos de programadores, emprendedores y ahorristas saben el poder de la herramienta. Hasta el expresidente Mauricio Macri calificó a la invención de Vitalik como la novedad del siglo.

Como en todo recital, los fans comentaron entre ellos la performance del genio a la salida. Uno de ellos, Santiago Bullrich, reconoce que hace dos años se fascinó por las criptos, en especial Ethereum: estudió el protocolo y sigue los pasos a Vitalik desde entonces.

–Cuando me enteré que venía no lo podía creer–, reconoce

A su lado, su amigo revela que ingresó en el ecosistema por él y, por suerte, pudo conseguir las entradas, que se agotaron casi ni bien se lanzó la inscripción. Logró lo que Rodolfo Andragnes, presidente de la ONG Bitcoin Argentina, calificó al comenzar la charla como la "Hazaña de los seis minutos".

La pasión cripto argentina tiene su sustento en cifras: según Chainalysis afirma, que el país conforma el top-10 de líderes en adopción de estos activos.

Un auto blanco con Vitalik adentro se aleja. Una mujer, que asegura ser miembro del clero, logra tomarse la última foto de la noche. Él posa, con la paciencia de un peregrino, de un profeta. ¿O acaso no lo es?

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