La demanda de cajas de seguridad por parte de ahorristas es tal que empresas privadas de todo tipo desembarcaron en el país para darle pelea a la banca tradicional. La creciente necesidad de cajas de seguridad privadas, ligada a la tendencia de resguardar dólares bajo el colchón de cada vez más argentinos, desembocó en un nuevo paradigma en el sector.

Y la expansión de estas empresas no es solo desde el exterior, ya que en el Interior también empiezan a aparecer importantes competidores. Una de ellas es Hausler, dirigida en gran parte por los dueños del Grupo Paseo La Plaza, unos de sus mayores accionistas, tratandosé de la primera en dar el salto.

Ahora, luego de abrir un total de cuatro sucursales en siete años, ubicadas en edificios corporativos, Hausler llega a los shoppings, empezando con un local en Alto Palermo en los próximos días y otro en Unicenter más adelante, a partir de una inversión de u$s1,5 millón cada uno.

Junto con Hausler, llegarán las cajas de seguridad a los shoppings. Para acceder a las mismas, los clientes no necesitarán contacto alguno con otras personas; sino que se accederá a través de tecnología de datos biométricos como reconocimiento facial o identificación por los vasos sanguíneos de la mano, entregando el sistema la caja de seguridad en una consola, casi como si fuera un cajero automático por su cuenta.

El método de instalación de la tecnología alemana de bóvedas (son 5 con 400 cajas cada una) implicó el refuerzo de las rampas del estacionamiento del shopping, así como armar una especie de ferrocarril, según lo detallado por la compañía. El local de Unicenter tendrá salas para firmar escrituras o contratos.

Modelo de las cajas de seguridad desarrolladas por Hausler

Para los dueños, una de las ventajas de residir en los centros comerciales es la amplitud de los horarios. "Se puede acceder a la caja con horario de shopping, incluso sábados y domingos. Eso marca una gran diferencia respecto al servicio tradicional de las cajas de los bancos", explica a Clarín Carlos Gesino, director General de Hausler.

A su vez, el ejecutivo aseguró que "la cantidad de tránsito de gente de los shoppings ayuda a la privacidad, porque es más fácil confundirse entre  las personas. Y se suma el estacionamiento". Según Gesino, desde que se fundó Hausler nunca tuvieron un siniestro.

Por otra parte, en vistas a 2022, la empresa tiene planeado instalar otras cuatro sucursales, que probablemente también residan en shoppings y se sumarán a las que ya tienen en Microcentro, Belgrano, Pilar y Córdoba. Hausler posee actualmente más de 10.000 clientes activos y en varios de sus locales, como en el del centro porteño, la ocupación supera el 80% de las cajas.

El negocio viene en auge en forma continua desde que apareció el negocio, de acuerdo a Gesino. En cuanto a las características de los clientes argentinos, Gesino indicó que suelen contratar las cajas por año: "Es un hábito que heredamos de los bancos. Como en las sucursales había pocas cajas, cuando una persona conseguía una, tenía miedo de perderla y la alquilaba por mucho tiempo. Y eso quedó". 

Negocio que trasciende crisis

El temor de los argentinos al futuro económico es muy grande, y esto se refleja en la forma en que buscan proteger sus activos. En este sentido, la actividad del resguardo de valores experimenta un verdadero boom y le da la espalda a la profunda crisis de la que se hicieron eco casi todos los sectores. 

La banca tiene 800.000 cajas de seguridad en el país, pero esa cantidad resulta insuficiente para dar abasto con los requerimientos. Anotarse en cola de espera resulta habitual y en algunas entidades hay que aguardar seis meses para disponer del servicio. No es para menos, los argentinos retiraron del sistema más de u$s13.000 millones y los depósitos en dólares cayeron cerca de un 40% desde las PASO.

Sobre la Avenida Corrientes, a pocas cuadras del Obelisco, en un edificio similar a cualquier otro del centro porteño, se encuentra la casa central de Ingot, que ocupa una superficie de 1.000 metros cuadrados. Allí hay cuatro bóvedas.

- Dos de esas bóvedas están destinadas al resguardo de diversos valores: una para clientes particulares y otra para empresas (alojan 2.000 cajas de seguridad y hay espacio suficiente como para ampliar esa cifra a 6.000)

- Las dos restantes son pioneras, por su uso, en el mercado argentino: una se utiliza para el guardado de obras de arte (hasta 300); y otra para que los inversores de monedas digitales puedan depositar allí las billeteras físicas (poseen el formato de un pendrive)

"Este es un negocio que va más allá de las crisis locales. Ahora hay mayor demanda por los vaivenes económicos, pero la necesidad es sostenida en el tiempo", confía Juan Piantoni, CEO de Ingot a iProUP desde su oficina, también ubicada en la casa central.

Crece la tendencia de las cajas de seguridad "4.0" en Argentina
 

Si bien la llegada a la Argentina de compañías que brindan esta prestación resulta novedosa, en el mundo es muy habitual. En Inglaterra, hay 77 firmas dedicadas a brindar esta prestación. En tanto, en los Estados Unidos la mitad de las cajas de seguridad está fuera del sistema bancario.

Existen diversas diferencias entre el servicio tradicional y el de una empresa privada:

- Horario de atención: de 9.30 a 18:30 y también los sábados, mientras que en las entidades tradicionales esa franja horaria es de 10 a 15 horas, de lunes a viernes- Plazo de contratación: puede pactarse su uso por unos pocos días, mientras que en los bancos los contratos suelen tener un año mínimo de duración

- Nivel de seguridad: es, acaso, la diferencia más sustancial. Deben sortearse hasta nueve instancias (rejas, detectores de metales, barreras infrarrojas, personal de seguridad, restricción por molinetes, identificación por alias y reconocimiento biométrico) mientras que en los bancos hay sólo dos (puerta de la bóveda y del cofre)

"Estas diferencias existen porque las cajas de seguridad no son el negocio central para los bancos, entonces no le dan la atención correcta", asegura Piantoni, quien conoce de cerca el sistema por haber trabajado diez años como asesor financiero en el Citi.

Además, señala que la firma se vio casi desbordada en este tiempo ante la demanda de cientos de ahorristas que se acercaron para solicitar un cofre. E indica que la única manera de no quedar en lista de espera consistía en contratar un servicio, como un seguro de caución o la solicitud de otra tarjeta de crédito.

Para diferenciarse de la banca tradicional, las firmas que proveen cajas de seguridad "4.0" apuntan a mejorar ciertos aspectos: los clientes pueden concurrir los fines de semana, disponen de amplias salas de reunión para realizar escrituras o transacciones y acceden a una app con un semáforo que les indica si hay demora para acceder a las bóvedas.

"Muchos quedan impactados al recorrer el edificio y la pregunta que más resuena tiene que ver con el costo", señala Piantoni, quien especifica que la caja más chica (10x15cm) puede ser rentada por $17.700 al año ($1.500 mensuales), mientras que las más grandes alcanzan los $130.000 anuales ($11.000 por mes).

Las reservas por día o algunas semanas tienen un valor proporcionalmente mayor y en la empresa creen que la demanda se acrecentará aún más cuando el sector inmobiliario recupere su dinamismo. Estos valores están por debajo del de los bancos: en una de las entidades líderes, una caja del mismo tamaño cuesta $3.300 por mes, y pasará a casi $5.000 en diciembre o enero, lo que equivale a una suba de 47%. Este aumento forma parte de las recientes subas de comisiones bancarias, siendo este servicio uno de los que más trepó.

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