En plena pandemia global de COVID-19 surgen cada día nuevas señales de que Bitcoin (BTC) -alguna vez denominado ‘dinero mágico’ de Internet- se consolida como una de las reservas de valor predilecta de los inversores.

Según la última encuesta del exchange japonés bitFlyer, Bitcoin aparece como el cuarto activo de inversión más seleccionado por los 3.000 participantes, incluso, por encima del oro, una de las tradicionales herramientas de reserva de valor.

De acuerdo al estudio de bitFlyer, el instrumento de inversión más popular aún son las acciones, con un 54% del porcentaje.

Sin embargo, a pesar de competir con vehículos de larga data y bien establecidos en el imaginario colectivo, la tecnología de apenas 12 años de existencia aparece eregida por encima de fondos mutuales, bonos, divisas extranjeras y commodities, como el oro.

Además de las acciones, solo superan a Bitcoin los bienes raíces y los seguros y certificados de depósitos.

Más detalles

El objetivo de la encuesta de bitFlyer fue profundizar en "el estado de la inversión y de las criptomoneda en los Estados Unidos y Japón, y explorar las diferencias entre ambos mercado".

El enorme crecimiento de la industria de criptomonedas durante 2020, impulsado por inmensas inversiones por parte de renombradas instituciones financieras, despertó el interés del exchange por calibrar la perspectiva de inversión una población de 1.000 estadounidenses y 2.000 japoneses, en un rango etario de entre 20 y 59 años de edad.

Las diferencias entre ambos mercados saltan inmediatamente a la vista cuando se contrasta que, mientras el 82% de los estadounidenses tienen su riqueza colocada en vehículos de inversión, apenas un 31% de los japoneses tiene inversiones.

 

Otras diferencias

Pese a que Japón fue en 2017 uno de los primeros países del mundo en legalizar Bitcoin como método de pago, el 78% de los encuestados de ese país asiático tiene una percepción negativa respecto a las criptomonedas.

Por su parte, en los Estados Unidos, la valoración de estos activos digitales varió con el correr de los años, pues ahora un 76% de la muestra tiene una visión favorable sobre Bitcoin y las criptomonedas, de los cuales, un 15% se encuentra usándolas en la actualidad.

La hora de la inversión

Cuatro factores parecen impulsar el sentimiento optimista de los estadounidenses en las criptomonedas y, sobre todo, en Bitcoin.

En primer lugar, como sucedió en otros periodos alcistas de la industria, el aumento de precio deslumbra a propios y atrae la atención de extraños.

Pero, a diferencia de corridas alcistas del pasado, parece que las propuestas de valor de Bitcoin ya aparecen como algo normal dentro de la opinión pública.

Finalmente, la inversión institucional de 2020 fue uno de los mayores catalizadores para asumir a Bitcoin como una realidad a largo plazo.

Con todo, la volatilidad parece seguir jugando en contra de la comodidad general respecto a las criptomonedas. Por otro lado, la difusión de noticias de hackeos y demás riesgos por parte de grandes medios aún alimentan el sentimiento de riesgo ya bastante arraigado entre algunas personas.

Pero hay un punto más. La curva de aprendizaje necesaria aún ahuyenta a los inversores, si bien bitFlyer considera que, en la medida en que las personas aprendan más sobre criptomonedas, la percepción irá cambiando, como en efecto sucedió.

 

Inversiones en 2021

Con vistas al 2021, mientras 68% de los estadounidenses planea invertir o seguir con inversiones en activos financieros, 82% de los japoneses no hará ninguna inversión.

Según revelan las respuestas de los encuestados, la razón más popular por la que se invertiría este año es con miras a prepararse para el futuro y aumentar la riqueza a largo plazo.

Los eventos de 2020, en conjunto con la caída de las tasas de interés, generaron que más personas prestaran atención a los mercados en orden de capitalizar un potencial rebote económico en este 2021, destacó el informe de bitFlyer.

En ese contexto, Bitcoin se consolidó como uno de los instrumentos más atractivos como resguardo de valor en los últimos meses por parte de grandes corporaciones.

Ante los riesgos de una caída del dólar y otras divisas nacionales debido a las políticas monetarias expansivas, tesorerías como la de MicroStrategy optaron por este vehículo para protegerse al considerarlo una versión desmaterializada y optimizada del oro.

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