En la era digital, las operaciones móviles están venciendo a las billeteras tradicionales. Es que ahora solo hace falta un clic para realizar un pago.

Según las estadísticas, con 44 millones de habitantes, en Argentina hay casi 64 millones líneas de celulares y 45 millones de cajas de ahorro con tarjetas de débito asociadas. 

Las nuevas tecnologías son las que hacen posible que los pagos móviles ya sean una realidad en el país y que su implementación se vaya masificando.

Y son muchas las empresas que se suman a esta modalidad de pago. Como Mercado Pago, que en conjunto con el Banco Industrial (BIND) lanzaron hace solo unos meses una plataforma de inversión que ya cuenta con más de 100.000 usuarios que invierten con esta plataforma digital directamente desde su celular. Esta cantidad de inversores representa aproximadamente el 20% del total de cuentas comitentes en Argentina.

Sin necesidad de contar con una cuenta bancaria para empezar a invertir, los usuarios sólo tienen que subir una foto de su DNI desde la aplicación de Mercado Pago. El proceso es muy simple, totalmente digital y puede realizarse desde el teléfono celular.

En el mercado hay diversas tecnologías para usar el celular para abonar productos o prestaciones. Nacidos en fintechs, bancos o empresas de cobro de servicios, cada método se adapta tanto a los clientes digitales como a aquellos no bancarizados.

Las que cobran mayor fuerza son las billeteras virtuales que –asociadas a una cuenta, tarjeta de crédito y hasta criptomonedas– permiten realizar diversas acciones desde el teléfono, como:

- Pagar un servicio o un bien de consumo.

- Transferir dinero a otras personas.

- Recargar crédito en diversos servicios de telefonía o de transporte (SUBE).

Entre estas wallets se destacan algunas como TodoPago, ValePEI, Ualá o las que usan cuentas virtuales como Mercado Pago, PIM o Rapipago.

El Pago Electrónico Inmediato (PEI) es una de las opciones más accesibles, ya que articula con otros usuarios el envío o la solicitud de dinero tal como si se utilizara un servicio de mensajería al estilo WhatsApp.

Asimismo, la modalidad de cuentas virtuales gana terreno entre aquellas personas que no están bancarizadas.

Tienen la particularidad que requieren mecanismos de “cash in”; es decir, hay que cargarle saldo a la billetera para luego usarlo para enviar efectivo o abonar productos y servicios. Para recuperar los fondos, hay que recurrir al “cash out” y así retirar el dinero.

“Las billeteras virtuales no compiten con las tarjetas, sino con el efectivo en cuanto a la capacidad de adopción”, sostiene Santiago Benvenuto, gerente de Nuevos Negocios de Prisma Medios de Pago, mostrando un escenario donde la informalidad comercial aún es moneda corriente en materia de cobros.

“Las wallets no sólo tienen que ser plataformas transaccionales: deben generar un impacto en el estilo de vida de la gente, por lo que deben responder a sus hábitos de consumo cotidianos. Eso es lo que va a generar una gran adopción de estas plataformas”.

En la Argentina, va tomando fuerza el cobro en los comercios a través Quick Response Code o Código QR. Se trata de una operatoria simple de implementar sobre todo por los comercios.

Para su utilización, deben contar con un código impreso disponible para los compradores, quienes, al momento de abonar, deberán escanearlo con su teléfono y efectuar el débito de la cantidad de dinero que se necesite desde cualquiera de los medios de pago asociados a su billetera electrónica.

“Las operaciones con QR están creciendo aceleradamente, duplicándose su uso mes a mes desde los últimos tres meses”, especifica Benvenuto, desde su experiencia con TodoPago.

“Estamos poniéndonos al día y el celular se está metiendo en la vida de las personas, más que lo que lo hacen las tarjetas de crédito”, añade.

Se calcula que ya hay un millón de pagadores a través de este sistema. A ello se suman más de 2.500 servicios e impuestos disponibles para abonar. En estos casos, se escanea el código de barras de la boleta.

Ignacio Estivariz, director de Billetera Digital de Mercado Pago, ratifica que el número de transacciones digitales se quintuplican cada mes, mientras la tasa de adopción de QR tuvo un aumento de 100% en junio.

“Es una plataforma que busca democratizar el acceso al dinero, incorporando al ecosistema financiero a aquellos clientes no bancarizados de una manera sencilla y sin necesidad de tener una tarjeta o una caja de ahorro”, cuenta Estivariz.

La otra tecnología usada para abonar es la contactless (sin contacto), presente en las operatorias más cotidianas. Las hay de dos tipos: la Near Field Communications (NFC) y Radio Frequency Identification (RFID).

La primera es la que utiliza la tarjeta SUBE y que necesita de un contacto directo con el punto de venta. Desde el momento inicial, esta modalidad estuvo pensada para los celulares. Por sus características, no permite la transmisión de grandes cantidades de datos, sino que es para una comunicación instantánea entre un dispositivo y un receptor. Por ello, su uso más común es identificación y validación de equipos y personas.

Por su parte, RFID se usa para abonar en los peajes, en los que se paga sólo por proximidad. Su sistema es simple, ya que identifica mediante un lector –sin contacto y a distancia– una tarjeta o etiqueta que puede llevar una persona, un vehículo en movimiento o un producto.

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