En las redes sociales un meme se transformó en viral en los últimos tiempos: una caricatura, representando al coronavirus, junto con un empresario que lo presenta al directorio de la firma como el nuevo experto en transformación digital.

En forma análoga, el cepo a la compra de dólares se convierte en una representación para que los argentinos busquen alternativas 4.0 que les permitan resguardar sus pesos de la devaluación y la inflación.

Así fue como las monedas digitales, en primer lugar, fueron cobrando protagonismo en las búsquedas de información como refugio de valor. En el ámbito tradicional, también apostaron a los CEDEAR y hasta los fondos comunes de inversión atados al dólar.

 

Pero no son la única vía que cosechó un marcado aumento de consultas. Algo parecido sucedió con el crowdfunding el cual, según el BID y el Centro de Finanzas Alternativas de Cambridge (CCAF), experimentó un incremento promedio anual de 150% en Latinoamérica desde 2013, fruto del contexto económico adverso que predomina en la región.

Quido Quaranta, CEO de SeSocio, plataforma que permite apostar a proyectos inmobiliarios y de negocios, confía a iProUP que crecieron siete veces contra el año pasado "debido a que las opciones de ahorro están siendo limitadas e invertir en activos reales o dolarizados se vuelven muy atractivo".

Qué es y cuáles son sus tipos

El crowdfunding es una forma de financiamiento que nació en 1997, momento en el cual se comenzó a utilizar esta terminología para referirse a la cooperación colectiva (una suerte de vaquita) para conseguir dinero  para, entre muchos individuos, financiar un proyecto.

En diálogo con iProUP, Damián Lopo, cofundador de Crowdium, una de las firmas más importantes del sector y que cuenta con cerca de 80.000 usuarios, destaca que esta metodología, en sus inicios, tuvo mucho éxito y su "concepto de base" logró aplicarse a diferentes industrias.

Existen 5 grandes grupos:

  • De recompensa: entregan un"premio" como contraprestación a los aportes recibidos. Aquí se destacan los de productos y servicios.
  • De préstamos: el receptor de la financiación se compromete a devolver el dinero recibido más un interés determinado con anterioridad
  • De donación: no hay contraprestación para quienes aportan para financiar el proyecto. Su finalidad suele ser solidaria o humanitaria
  • Donación a través de recompensa: aquí se ofrece un premio para incentivar los aportes
  • De inversión: quienes contribuyen con su dinero, obtienen a cambio una participación sobre los beneficios del proyecto
  • Es este último que fue tomado por el mercado inmobiliario y crece en Argentina en estos tiempos de crisis para comprar por un bajo monto en pesos un pedacito de un proyecto y obtener una ganancia en dólares cuando el inmueble esté terminado.

    Según Lopo, esta modalidad cuenta con una característica que no es para nada menor: brinda la posibilidad, a quienes tienen menos recursos, de participar de negocios que tradicionalmente estaban reservados para aquellos que cuentan con alto poder adquisitivo.

    "A lo largo de los años también se aplicó en el entretenimiento, en el arte y desde hace cuatro años llegó al mercado  inmobiliario y está teniendo un éxito enorme a nivel mundial", agrega, a la vez que destaca la seguridad que brindan este tipo de inversiones y su rendimiento, que "logra superar el promedio del sector financiero".

    El monto de inversión arranca en los u$s1.000, pero las compañías trabajan en bajar ese piso

    "Estamos acostumbrados que en nuestro mercado una inversión mínima se ubica entre los 100.000 y 150.000 dólares. Por eso, resultan necesarias estas plataformas que incorporan tecnología, suman demanda y agrupan a las personas con intereses comunes para que todos puedan juntar el capital necesario e invertirlo en un proyecto inmobiliario que, de manera individual, no podrían", analiza.

    Por su parte, Quaranta señala:  "En SeSocio no es necesario un monto mínimo de inversión, ya que con una suma reducida se puede comprar parte de un proyecto inmobiliario, que goza de total liquidez".

    Esta disponibilidad de fondos la ofrecen mediante una moneda digital propia que representa la inversión y "puede venderse en cualquier momento y retirar los dólares". Por su parte,  el arquitecto Víctor Zabala, CEO de Sumar Inversión, otra de las plataformas líderes del sector, coincide con sus colegas en que esta actividad "sirve para la democratización".

    El diálogo con iProUP, expresa: "Antes, para entrar a una inversión de pozo –continúa Zabala– tenías que contar con mucho dinero. Pero ahora podés ser dueño de una cuotaparte de un departamento por 1.000 dólares".

    Entrar en pesos y salir con renta en dólares

    Los problemas para acceder a billetes verdes que tienen los ahorristas, obligaron a muchos a buscar alternativas atadas a la evolución del billete verde. Es en este aspecto donde los crowdfunding inmobiliarios le sacan una ventaja al resto, al lograr juntar dos referencias muy buscadas por los argentinos a lo largo de la historia: el dólar y los ladrillos.

    Los desarrollos más populares ofrecidos por los crowdfunding inmobiliarios son las casas, con un plazo de construcción de 24 meses, y los pequeños edificios, que tienen una meta de 3 años.

    Para ingresar, el proceso es similar en la mayoría de estas plataformas:

    "Estás comprando metros cuadrados de una propiedad que elegís dentro de un abanico de opciones. Y entre los beneficios que se ofrecen para los microinversores se encuentra la posibilidad de que los pesos se dolaricen", puntualiza Lopo, quien indica que que su plataforma toma la moneda local al valor del dólar MEP, que es totalmente legal y más barato que el blue.

    Para los proyectos basados en la Argentina, SeSocio también ofrece esta cotización, mientras que para los radicados en el exterior se usa el contado con liquidación

    Zabala explica que Sumar Inversión también brinda la opción de poder ingresar en moneda nacional. "Estamos usando una referencia entre el MEP y el blue. Es más barato que el informal", detalla. Y agrega que se trata de "una buena oportunidad para entrar en pesos a un valor inferior al paralelo. Es una manera de dolarizarse".

    En cuanto a los montos mínimos para invertir, "tenemos estructuras en módulos de participación que arrancan en 1.000 dólares y en breve vamos a sacar módulos de 100". A modo de ejemplo, si se quiere transferir por un total de 4.000 dólares, se pueden adquirir cuatro módulos de u$s1.000 cada uno en diferentes proyectos.

    El financiamiento colectivo de propiedades puede dejar una ganancia de 12% en dólares

    El círculo finaliza con la venta del inmueble y el correspondiente reparto de dólares para los que invirtieron en el proyecto.

    "Una vez que pusiste el dinero, fue a parar a la obra. Cualquiera puede seguir el avance de la construcción", cuenta Zabala, quien diferencia esta forma de inversión de otras que demandan una postura activa de los inversores, como ocurre en el el sector financiero tradicional.

    La renta de doble digito como gancho

    Como es de esperar, la ganancia que se obtiene es la diferencia entre el monto desembolsado para participar y el dinero que se logra por la cuotaparte al momento de la venta.

    "El lucro es de dos dígitos porcentual, porque podés entrar a un muy buen precio de compra. Eso, sumado a una renta normal, te permite tener un muy buen rendimiento final, estimado en dos o tres años", explica Lopo.

    Añade que se buscan "beneficios de entre el 10% y el 12 % en dólares para que sea lo más seguro posible. En la timba financiera  se puede perder mucho capital, cosa que acá no pasa porque siempre tenés el capital en el activo".

    "Estimamos una rentabilidad. Logramos importantes descuentos con los desarrolladores porque pagamos en cash. Eso, más los beneficios de pozo, permite que se pueda obtener una ganancia de hasta 12% anual en moneda dura", completa.

    Cuatro preguntas antes de invertir

    Para quien no está familiarizado con el funcionamiento del crowdfunding, Lopo comparte una serie de tips a tener en cuenta al momento de comenzar a operar:

  • Constatar estructuras legales de las empresas en la que se va a invertir. Es importante que estas tengan fideicomisos independientes
  • Consultar cómo es la figura legal de la firma, siendo el fideicomiso la más segura, porque no se entra bajo la figura de socio
  • Observar que la fiduciaria sea independiente, ya que es el ente de control y administrador. Además, puede corroborarse si está registrada en la CNV (Comisión Nacional de Valores)
  • Analizar quiénes comandarán el proyecto, en particular el desarrollador,  su historial y si posee alguna mancha en su legajo
  • Si todas estas cuestiones están en orden (y no alcanza para comprar una propiedad entera), puede invertirse de forma segura en cuotapartes ofrecen una buena renta y, obviamente, en dólares.

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