En 2020, el mundo debió enfrentarse a un cambio con respecto a la salud provocado por la pandemia del coronavirus. Los hábitos para relacionarse con los demás han dado un giro radical para evitar contagios del nuevo coronavirus: la sana distancia, cero contacto físico, home office, entre otros muchos cambios que hoy son la nueva normalidad.
Entre estas modificaciones se encuentra también la manera en de interactuar al momento de hacer pagos y transacciones de servicios básicos y otros productos fundamentales.
Los pagos digitales en esta nueva normalidad han tomado una importancia mayúscula y eso lleva a la sociedad a preguntarse; cómo será el futuro de esta modalidad.
Americas Market Intelligence afirmó que los pagos digitales en América Latina ya están teniendo una repercusión positiva: 55 por ciento de los habitantes de esta región del mundo ya disponen de una cuenta de banco y más de la mitad de ellos ya realza transacciones bancarias en línea.
Además, si se toma en cuenta que el nivel de penetración de los smartphones, de un 70 por ciento en la región, es un momento en el que "los bancos nunca habían tenido una oportunidad tan palpable , como ahora, de aprovechar el canal móvil para servir a una población crónicamente desatendida en lo que repuesta a los servicios financieros", afirmó un estudio llevado a cabo por Americas Market Intelligence.
Este mismo organismo destaca cuatro puntos fundamentales que nos pueden ayudar a entender el futuro que se vislumbra para los pagos digitales y lo que las empresas deben tomar en cuenta para mantenerse a la vanguardia de un futuro que ya está a la vuelta de la esquina, según publicó el sitio Merca2.0
Los clientes saben dónde exigir, y lo seguirán haciendo, en servicios más accesibles, rápidos y eficaces en línea, tomando en cuenta el nivel de penetración de los smartphones en América Latina.
Este punto va de la mano con el anterior. Los usuarios desean que los servicios bancarios digitales sean totalmente confiables y fáciles de usar.
Con la eliminación de la necesidad de acudir al banco para hacer transacciones sencillas, los usuarios de la banca digital desean plataformas donde puedan llevar a cabo absolutamente todos sus movimientos sin procesos complejos.
Todo al alcance de un clic y con absoluta confianza de que sus movimientos están protegidos de posibles ciberataques.
Los bancos deben poner especial atención a resolver las dudas, inquietudes y preguntas del cliente. En este sentido, el uso de la inteligencia artificial puede ser de una ayuda invaluable.
Los procesos automatizados para guiar al cliente serán un arma poderosa que hará más eficiente la experiencia del usuario.
Los clientes exigirán cada vez más plataformas y aplicaciones donde puedan llevar a cabo absolutamente todos sus movimientos. Por lo tanto, los bancos y sus diversas áreas, tendrán el reto de mejorar los procesos y las herramientas para que el usuario cada vez pase menos tiempo haciendo filas en los bancos.
"El consumidor 3.0 realizará la inmensa mayoría de sus gestiones comerciales a través del teléfono. En países como Suecia, hoy en día más del 90 por ciento de las transacciones ya se realizan así, incluido el pago del transporte público y las colectas en las iglesias. El dinero en papel está llamado a desaparecer", explicaron desde la escuela de negocios ESADE en su estudio sobre el consumidor en 2030.