Remitee, una app creada bajo el paraguas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), tiene por objetivo ayudar a las personas, en especial a los migrantes, en sus operaciones financieras, como ayudar económicamente a sus familiares en sus países de orígenes, cobrando un máximo del 3% por la operación.

La plataforma comenzó a funcionar en Argentina en 2017 y opera actualmente en Colombia, Brasil, Perú, Bolivia, Haití, Senegal y otros países de Latinoamérica, África y Europa, con 45 mil puntos de pago, ayudando a personas de todas estas latitudes. 

"Estamos comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, presentados por la Organización de las Naciones Unidas, que busca reducir las desigualdades. Es por eso que Remitee cumple con uno de los objetivos que se planteó la entidad, el de acercar los costos de transferencia a la meta del 3%, lo que nos convierte en una alternativa muy conveniente, porque tenemos precios transparentes y justos", comenta Eduardo Hamel, Chief Costumer Officer de Remitee y Country Manager para Chile.

El servicio es, además, un sistema seguro de envío de ayuda económica, pues la información está encriptada; aunque el celular cambie de dueño, no podrán acceder a la información privada, gracias a la tecnología que mantiene protegidos los datos. Pero, además, al evitar la ida al banco, se minimiza el riesgo de asalto durante el trayecto.

A esto se suma la rapidez: las transacciones se pueden hacer desde un celular, en cualquier lugar, todos los días de la semana, las 24 horas del día, y el dinero llega de forma inmediata al destinatario, lo que también implica más comodidad para el beneficiario.

"La democratización de las finanzas es fundamental para generar sociedades más inclusivas. Y para lograrlo, debemos crear herramientas que permitan a personas bancarizadas y no bancarizadas acceder a soluciones para que puedan desarrollarse adecuadamente en un país", concluye Hamel.

Remitee fue creada por Sergio Saravia, emprendedor argentino hijo de inmigrantes bolivianos residentes en la provincia argentina de Neuquén, y Lucas Gorganchian, un argentino descendiente de armenios. Juntos, presentaron la idea de la aplicación al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en EE.UU. Ganaron los fondos e iniciaron el desarrollo de la APP en 2016. Un año después ya estaba en funcionamiento con un piloto para envío de dinero desde Argentina a Bolivia.

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