El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que fija una cuota anual de 100.000 dólares para solicitudes de visas H-1B, buscando controlar la llegada de profesionales extranjeros altamente calificados al mercado estadounidense.

Además, el decreto establece un nuevo programa de residencia permanente conocido como "tarjeta dorada", que exigirá un millón de dólares a solicitantes individuales o dos millones cuando exista patrocinio corporativo que respalde la petición migratoria correspondiente.

"Creo que va a ser tremendamente exitoso", afirmó Trump ante periodistas, señalando que la iniciativa procura atraer inversión extranjera y talento especializado mientras refuerza la protección del empleo local y eleva los estándares de contratación en todo el país.

Ajustes profundos en el programa de visas

Las visas H-1B fueron diseñadas para incorporar profesionales extranjeros altamente capacitados en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en situaciones donde las empresas estadounidenses no logran cubrir esos puestos con ciudadanos locales o residentes permanentes disponibles.

Con el tiempo, este programa se transformó en un canal que permite contratar trabajadores dispuestos a aceptar salarios de alrededor de sesenta mil dólares anuales, significativamente menores a los sueldos superiores a cien mil dólares habituales en tecnología.

Trump aseguró que la industria tecnológica "estará muy contenta" con la nueva medida, manifestando que no espera oposición de las compañías líderes y confía en que los cambios eleven la calidad y la remuneración del sector.

La primera dama Melania Trump, originaria de Eslovenia, obtuvo una visa H-1B en 1996 para trabajar como modelo profesional, ejemplo citado para ilustrar la diversidad de usos posibles dentro del esquema migratorio vigente en Estados Unidos.

Creado en 1990, el programa exige título universitario o credenciales avanzadas en disciplinas de alta demanda, aunque críticos afirman que termina facilitando salarios bajos y brinda menos protecciones laborales a los trabajadores contratados bajo esta modalidad específica.

Anualmente, se adjudican ochenta y cinco mil visas mediante una lotería; en la última convocatoria, Amazon recibió más de diez mil, seguida por Tata Consultancy, Microsoft, Apple y Google, reflejando la fuerte demanda de talento internacional en corporaciones líderes.

Según datos oficiales, el estado de California concentra el mayor número de beneficiarios con visa H-1B, consolidándose como el principal polo tecnológico del país y epicentro de las oportunidades laborales que dependen de este sistema migratorio.

Críticas y caída de solicitudes

Críticos señalan que gran parte de las visas H-1B terminan en empleos de nivel inicial, en lugar de los puestos sénior con habilidades únicas para los cuales el programa fue originalmente diseñado por el Congreso estadounidense.

Aunque la normativa prohíbe reducir salarios o reemplazar empleados locales, algunas empresas clasifican los trabajos en niveles de habilidad bajos, aun cuando los candidatos poseen experiencia avanzada, abaratando así la mano de obra contratada mediante este mecanismo.

Muchas firmas estadounidenses subcontratan soporte técnico, programación y tareas básicas a consultoras como Wipro, Infosys, HCL Technologies y Tata en India, además de IBM y Cognizant en Estados Unidos, reduciendo costos mediante trabajadores extranjeros.

Estas consultoras reclutan personal, principalmente de India, y lo "alquilan" a grandes empleadores estadounidenses que buscan ahorrar dinero, práctica considerada un uso distorsionado del programa de visas H-1B y de sus objetivos originales.

Doug Rand, exdirector del Servicio de Ciudadanía e Inmigración durante la administración de Joe Biden, calificó este fenómeno como un "trastorno de personalidad dividida", indicando que solo la mitad de las visas beneficia a empleadores con proyectos permanentes.

La otra mitad, explicó, se dirige a firmas de recursos humanos o consultoría, algunas tan pequeñas que dependen de este sistema para existir y presentar candidatos a grandes corporaciones estadounidenses que requieren personal especializado.

"Básicamente están entrando en la lotería para poder contratar personas que luego alquilan a otras empresas más grandes que hacen el trabajo real", expresó Rand, describiendo cómo intermediarios aprovechan las debilidades de la normativa vigente.

En 2024, las solicitudes para la lotería cayeron cerca de cuarenta por ciento, una disminución atribuida por las autoridades a medidas que frenaron a quienes manipulaban el sistema presentando múltiples peticiones para aumentar sus posibilidades de selección.

Reclamos y perspectivas de reforma

Grandes compañías tecnológicas que dependen de las visas H-1B reclamaron ajustes tras el incremento de solicitudes, que redujo las probabilidades de éxito para sus empleados y futuros candidatos altamente calificados.

Los críticos celebraron las reformas recientes, pero sostienen que las medidas actuales todavía resultan insuficientes para proteger a los trabajadores estadounidenses y garantizar salarios competitivos en un mercado laboral globalizado.

El sindicato AFL-CIO afirmó que, aunque la revisión de la lotería "incluyó algunos pasos en la dirección correcta", las reformas siguen sin alcanzar la profundidad necesaria para equilibrar la oferta laboral nacional y extranjera.

La organización propone que las visas se otorguen a empresas que paguen los salarios más altos, en lugar de distribuirse mediante sorteo aleatorio, una idea que Trump también impulsó en su primer mandato presidencial.

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