La revolución del home office cambió el mapa laboral. Lo que allá por marzo de 2020 parecía un salvavidas para atravesar una cuarentena que, a priori, eran por 15 días, se transformó en la cotidianeidad de muchos trabajadores, tanto que no son pocos los que hoy lo están eligiendo.

"A priori las jornadas eran más efectivas y los tiempos de viaje dejaron de existir, pues se transformaron en un click de distancia, ya sea de sala de chat o llamada en call directa. Y esto se implementó tanto para reuniones con los equipos, como para clientes, para estar comunicados con diferentes regiones y más. Esto, ya lo experimentamos, y muchas veces amplía las jornadas por los cambios horarios, acomodar agendas y más", explica Carlos Barberena, gerente Comercial de Bayton Hr.

Lo que sucede es que la productividad y la manera que está dado el trabajo "hace que se pueda optimizar las jornadas, e incluso que el tiempo no sea lo que conocemos como jornada habitual (de 8 a 17, de 9 a 19 u otras) y que el tiempo libre se administre de otra manera, incluido con cortes en medio o jornadas reducidas logrando objetivos pre acordados", añade Barberena.

Está claro que en este momento vivimos una fusión de modelos, que hasta acá convivían, pero prácticamente no se tocaban. Por la experiencia previa a la pandemia, las actividades que permitían el home office eran básicamente todas las relacionadas con el trabajo independiente, o algunas firmas que implementaron la actividades orientadas por resultados, dejando en claro qué datos o métricas eran esenciales alcanzar para considerar el fin del día laboral.

"El gran desafío será cuando la pandemia sea historia y pensemos en cuán larga será una jornada laboral a cumplir en aquellos casos de atención primaria y/o soportes o asistencias en un procesos de atención símil call center. También aquellos empleos en los que se tiene que definir la atención en una línea de tiempo y la disponibilidad puede o no ser parte de la contraprestación", ejemplificó el gerente de Bayton Hr.

Las pausas en medio de las jornadas tambien cambiaron y la agenda se flexibilizó.

Cambio de paradigma

Lo cierto es que la gran mayoría de los trabajadores que hoy tienen su oficina en su casa aumentaron la cantidad de horas por día que le dedican a su empleo. "Las empresas ponen el foco en la productividad y el valor agregado. Entonces, el trabajo remoto hace que cada empleado sea más permeable y esté más accesible para poder trabajar 24x7. Esta nueva normalidad tiene un alto impacto en los hábitos laborales, de los cuales algunos podrán ser positivos y otros negativos", advierte Federico Carrera, Managing Partner de High Flow - DNA.

En la Argentina, cada semana, los empleados están trabajando 6,2 horas promedio no remuneradas, mientras que los esenciales aumentan ese número a más de 10 horas que no tienen retribución alguna, tal como lo indica el estudio del Instituto de Investigación ADP, People at Work 2021: A Global Workforce View.

Para el pago de las horas extras, dice este experto, "hay dos tipos de negocios regulados: las empresas productivas, que tienen turnos con horarios de ingreso y salida para los operarios, y las firmas de consultoría, que trasladas horas de trabajo de los asociados a sus clientes, los cuales también son registrados rigurosamente".

El trabajo por objetivos instaló una nueva modalidad laboral en la que las horas extras son una rareza.

"Entonces, en términos generales, todos los que no pertenecen a ese sector no suelen recibir el pago de horas extra y no las están cobrando, aún cuando trabajen después del horario requerido. Esto sucede porque se da un acuerdo tácito de flexibilidad y responsabilidad entre empleador y empleado, en el cual el empleador no exige de manera estructurada que el empleado trabaje de 9 a 18 frente al monitor, y el empleado cuenta con autonomía para resolver los quehaceres de la vida cotidiana interrumpiendo su trabajo si es necesario", detalla Carrera.

En este sentido, José Luis Aromando, socio Fundador de Together Business Consulting, considera que en esta nueva normalidad "mejoró notablemente la productividad a medida que cada colaborador aprendió a organizarse en sus tiempos y balanceando su vida personal".

Fuente: iProfesional

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