El campeón de ajedrez Gary Kasparov participó de un panel de expertos para charlar sobre inteligencia artificial en el mismo lugar donde 24 años atrás perdió una partida contra la supercomputadora Deep Blue y aseguró que la mayoría de los trabajos que hoy realiza el ser humano serán realizados por las máquinas.

"Cada tecnología destruye empleos antes de crearlos. Cuando mirás las estadísticas, solo el 4 por ciento de los empleos en Estados Unidos requieren de la creatividad humana. Eso significa el 96 por ciento de los trabajos, los llamo trabajos zombis, están muertos y simplemente no lo saben. Durante varias décadas hemos estado entrenando a personas para que actúen como computadoras y ahora nos estamos quejando de que estos trabajos están en peligro. Por supuesto que lo están", afirmó Kasparov a la revista Wired.

No es un debate nuevo. Los titulares de máquinas remplazando a humanos no son novedosos. Pero se trata de una realidad que se ajusta, de manera progresiva, a lo que ocurre en ciertas industrias cuyos procesos cada vez pueden ser confiados en las manos de la inteligencia artificial. Por ejemplo, los contact center cada día emplean más la ayuda de sistemas automatizados para solucionar y guiar a los clientes, solo utilizando el contacto humano para problemas más complejos. Así, organizaciones como la OECD intentan calmar la tormenta de estas preocupaciones afirmando que solo un 14% de los empleos modernos en los Estados Unidos serán remplazados por la inteligencia artificial.

También está la idea de que nuestras emociones o pasión pueden ser la salvación frente a la ola de despidos que traerá la inteligencia artificial. Incluso la idea de que nuestra capacidad de entender dilemas éticos (como atropellar a alguien para salvar al pasajero, en la duda eterna de los vehículos automáticos) nos pone en una situación de ventaja. Pero incluso en este aspecto Kasparov tiene una respuesta infalible:

"La gente dice, oh, necesitamos hacer una IA ética. Qué absurdo. Los humanos todavía tienen el monopolio del mal. El problema no es la IA. El problema es que los humanos usan nuevas tecnologías para dañar a otros humanos", completó.

Según Kasparov, "hay diferentes máquina y es el rol del humano entender exactamente qué es lo que esta máquina necesitará hacer de la mejor manera posible". Y concluyó: "Describo el papel del humano como pastor".

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