La fuerte caída de las acciones del fabricante de bicis para el hogar Peloton en el día posterior a su OPV (Oferta Pública de Venta) el jueves pasado, apenas una semana después de que WeWork pospusiera sus planes para entrar en Bolsa, mostró la desconfianza de los inversores hacia las compañías que pierden mucho dinero y no tienen un camino claro hacia la rentabilidad.

De las cinco principales OPV tecnológicas del 2019 (Uber, Lyft, Slack, Pinterest y Zoom), sólo las dos últimas arrojan un saldo positivo en Bolsa desde su debut. Esto contrasta con las dificultades que han encontrado los gigantes de la movilidad, Uber y Lyft, que pierden un 30% y un 39%, respectivamente, desde las salidas a Bolsa en mayo y abril de este año. Slack, por su parte, acumula una caída del 13%.

Según Javier Molina, portavoz de la plataforma de inversión eToro en España, se trata de una cuestión de expectativas. "Salen con valoraciones excesivas, aprovechando el momento positivo del mercado, pero la oferta y la demanda no están equilibradas. Las próximas tecnológicas que estén pensando en hacerse públicas van a tener que ajustar sus valoraciones. Liquidez e interés hay, pero no a cualquier precio".

Un ejemplo claro es el de WeWork, la start up de alquiler de espacios de coworking que retiró su OPV hace dos semanas, ante el desplome de su valoración por las dudas sobre su modelo de negocio. Los problemas se han llevado por delante incluso al cofundador, Adam Neumann, que ha cedido el puesto de consejero delegado.

"Estas empresas de alto crecimiento tienen a menudo unas cuentas financieras débiles, al contar con unas inversiones muy altas que les hacen tener un flujo de caja negativo", señala Juan José Del Valle, analista de Rentamarkets.

Entre Uber, Lyft, Slack y Pinterest sumaron unas pérdidas de 7.649 millones de dólares en el segundo trimestre del año. Únicamente Zoom logró un resultado positivo, con un beneficio neto de cinco millones de dólares entre abril y junio. A juicio de Del Valle, este apalancamiento financiero, "en algunos casos excesivo y expuesto a la futura confianza o no de los inversores", unido al contexto de incertidumbre global en el que nos encontramos, "hace que los inversores sean más proclives a la aversión al riesgo".

Con todo, perder dinero no es algo extraño en el ecosistema tecnológico. Fred Wilson, un inversor norteamericano de venture capìtal, apunta a los márgenes y al tipo de negocio de cada firma a la hora de explicar su desempeño en Bolsa. "Si observamos la clase de compañías que se han hecho públicas en los últimos doce meses, las acciones que han tenido el mejor desempeño son compañías de software con márgenes de software", asegura. 

Wilson compara los márgenes de compañías de software puras, como Zoom o Slack, con un margen bruto del 81% y 87%, respectivamente; con start up de otros sectores como Uber (con un 46% de margen bruto), Lyft (39%), Peloton (42%)o WeWork (20%).

"Si el producto es software y, por lo tanto, puede producir márgenes brutos de software (75% o más), entonces debe valorarse como una compañía de software. Si, en cambio, el producto es algo diferente y no puede producir márgenes brutos de software, entonces debe valorarse como otras empresas similares con márgenes similares", concluye el inversor.

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