Para las pequeñas y medianas compañías con estructura más humildes que la de las grandes multinacionales, resulta complicado encontrar el espacio en el mercado. Una gran empresa suele tener una posición de partida más favorable, porque puede invertir más dinero. Sin embargo, las pymes no deben tirar la toalla y se puede hacer un trabajo efectivo con menos recursos, pero con buenos resultados. Solo tienen que confiar en su estrategia de marketing y pensar bien qué van a hacer, cómo y por qué, aconseja el sitio PuroMarketing. 

Las pequeñas empresas suelen tender a pensar que el marketing es solo para las grandes. Nada más lejos de la realidad: las pymes también necesitan una estrategia de marketing y también pueden sacarle muchos beneficios a hacer bien las cosas en ese terreno.

Cuando se asume que el marketing es muy importante, aparece el problema de creer que lo que tienen que hacer es simplemente una estrategia de marketing igual pero a su escala. Se toma como ejemplo lo que hagan Amazon, Zara, Apple, etc y se intenta hacer algo parecido, algo que es un serio problema.

La estrategia de marketing de una pyme no debe ser una visión reducida de lo que hacen las grandes empresas. Apostar por ello puede ser grave porque nunca se tendrán los recursos equivalentes o el poder de marca que tienen esas compañías. Puede que parte de la estrategia de marketing de Apple pase por una estrategia de comunicación parca, algo que a la marca de la manzanita funciona, pero a una pequeña nunca le servirá. Las grandes marcas son una referencia de la que se pueden aprender cosas, pero no una especie de mandamientos de dogma a seguir.

La estrategia de marketing de una pyme tiene que partir de los recursos que puede disponer, de lo que quiere lograr y de los consumidores a los que quiere conquistar y tiene que hacerlo de un modo realista. Uno de los riesgos que corren las pymes cuando se ponen a trabajar en su estrategia de marketing y de comunicación está en tener una visión desmedida de quiénes son y de a quién pueden llegar. Ser ambicioso nunca está mal y esperar lo máximo no es un problema, siempre que eso no esté deformando la realidad y no esté haciendo que se pierdan oportunidades reales.

Las pymes tienen que tener muy claro cuál es su mercado y dónde pueden conectar con la audiencia y centrarse en ello cuando establecen su estrategia de marketing. Si tu mercado objetivo son, en realidad, los consumidores de tu provincia o de tu ciudad, no tiene sentido despilfarrar recursos llegando a masas de consumidores que nunca llegarán a tus productos.

En social media marketing es muy común ver la mala segmentación de las campañas de algunas pymes que desperdician impresiones y clics en consumidores que nunca comprarán sus productos o consumirán su marca. En Instagram, por ejemplo, es común ver campañas de restaurantes y pastelerías ubicadas a miles de kilómetros de mi área de influencia e incluso en zonas en las que ni nunca he estado ni mis perfiles sociales conectan con ellas. Ser demasiado ambicioso llegando a todos los consumidores ha hecho que sus responsables pierdan dinero en clics que no se convertirán en clientes.

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