Ante el inminente desembarco de empresas como Google o Amazon en países como España, la banca de muchos países buscan poner en valor sus avances en este segmento y su capacidad de integrar los sistemas de las 'bigtech' en beneficio del cliente.

Así, el pago mediante teléfono móvil entre clientes del banco español BBVA se ha multiplicado por diez el último año, ya que actualmente se efectúan tres millones de transacciones al mes frente a las 300.000 que se hacían en junio de 2018. En la misma línea expansiva, Caixabank ha aumentado un 95% el número de tarjetas "enroladas" a teléfonos móviles hasta superar los 1,4 millones y ha registrado un total de 49,2 millones de pagos a través de móviles.

En estas cifras se engloban a los usuarios que realizan pagos con Google Pay, Apple Pay, Bizum, Samsung Pay o el propio sistema de pago del banco, para lo que solo es necesario tener la aplicación de la entidad. La tecnología sin contacto o "contactless" ha tenido un papel muy importante en el pago con teléfono móvil. No obstante, no siempre es posible casar el modelo de teléfono o sistema operativo utilizado con la entidad bancaria, por lo que la integración varía según cada caso. 

El sector bancario se ha visto obligado a modernizar sus sistemas ante la llegada de los sistemas de pago de Samsung, Apple y Google.​ El impacto competitivo de empresas como Google, Samsung o Apple ha puesto en jaque el papel de la banca y su apuesta competitiva, por lo que ha apostado por incrementar su estrategia. 

La banca española puso en marcha un servicio llamado Bizum que permite enviar y recibir dinero y realizar operaciones conociendo solamente el número de teléfono de la otra persona. Además, desde este verano europeo también se puede usar para pagar en comercio electrónico en aquellos comercios que se hayan incorporado a la iniciativa. 

Las grandes compañías tecnológicas han empezado a dar sus primeros pasos hacia el negocio bancario y tanto bancos como grandes tecnológicas ultiman los preparativos para cumplir con el reglamento de pagos online como es el caso de Google. La gigante tecnológica ya está trabajando para reforzar su sistema de seguridad de pagos de cara a septiembre, pero no desplegará por ahora otros servicios financieros en Europa. 

Con la nueva directiva europea, las grandes tecnológicas tendrán derecho a solicitar a los bancos acceso a los datos financieros de sus clientes siempre que estos lo autoricen. Sin embargo, este intercambio de datos no será recíproco para las entidades financieras, por lo que desde hace tiempo denuncian que el trato es muy desigual e insisten en sus riesgos.

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