A medida que se acerca el cierre del año, crecen las expectativas de un nuevo ciclo alcista entre los inversores, que observan señales selectivas en altcoins capaces de avanzar incluso sin acompañamiento pleno de Bitcoin.
Aunque históricamente Bitcoin lidera los grandes movimientos del mercado, las altcoins Monero, NIGHT y Ethereum han logrado destacarse por fundamentos propios, posicionándose como candidatas a marcar nuevos máximos históricos durante el inicio de 2026.
Monero y la narrativa de la privacidad
El precio de Monero se mantiene cerca de su máximo histórico, cotizando aproximadamente un 17.5% por debajo de los 519 dólares, un nivel cuya superación confirmaría un nuevo récord para XMR.
La fortaleza relativa del activo refleja una demanda sostenida, ya que Monero continúa superando a numerosas criptomonedas de gran capitalización durante el actual ciclo de mercado, incluso en contextos de elevada volatilidad.
Uno de los principales impulsores es el renovado interés por criptomonedas centradas en la privacidad, una narrativa fortalecida por debates regulatorios y la creciente demanda de confidencialidad financiera por parte de usuarios.
Desde el análisis técnico, el indicador Chaikin Money Flow muestra entradas de capital consistentes, un factor que podría impulsar el precio por encima de los 450 dólares y acercarlo al nivel psicológico de 500 dólares.
Superar esa zona sería un paso decisivo para testear nuevamente los 519 dólares, consolidando un escenario de máximos históricos si el impulso comprador se mantiene en las próximas semanas.
No obstante, el riesgo bajista persiste si se intensifica la toma de ganancias antes de una ruptura confirmada, lo que podría empujar a XMR por debajo del soporte clave ubicado en 417 dólares.
NIGHT y el efecto Hoskinson
Midnight, junto con su token NIGHT, despertó un fuerte interés entre inversores debido al perfil de su equipo y al liderazgo de Charles Hoskinson, fundador de Cardano, que aporta credibilidad estratégica.
La asociación con Hoskinson reforzó la confianza del mercado, posicionando a NIGHT como un proyecto con visión de largo plazo y potencial de apreciación a medida que crece su adopción inicial.
Al tratarse de un token recientemente lanzado, se espera un crecimiento progresivo de usuarios y demanda, especialmente si logra sostener niveles técnicos clave durante las primeras etapas de trading.
Un rebote exitoso desde el soporte de 0.075 dólares podría impulsar el precio hacia los 0.100 dólares, consolidando un movimiento alcista inicial y atrayendo mayor interés especulativo.
Si se produce una ruptura por encima de ese nivel, NIGHT podría avanzar hasta los 0.120 dólares, lo que implicaría una ganancia del 54.1% y un posible nuevo máximo histórico.
El principal riesgo bajista depende del contexto general del mercado, ya que un deterioro del sentimiento podría provocar una pérdida del soporte y una caída hacia los 0.060 dólares.
Ethereum y una recuperación más exigente
Ethereum se mantiene aproximadamente un 66.7% por debajo de su máximo histórico de 4,956 dólares, lo que refleja la magnitud de la recuperación necesaria para retomar una tendencia alcista sostenida.
En las condiciones actuales, un rally rápido y explosivo parece poco probable, ya que la acción del precio sugiere que ETH requiere demanda constante y un entorno de mercado más favorable.
Durante agosto, Ethereum registró un repunte breve que lo llevó a un nuevo máximo, aunque repetir ese movimiento en el corto plazo resulta difícil según la dinámica reciente observada.
Para avanzar, ETH necesita una ruptura decisiva por encima del nivel psicológico de 3,000 dólares, que habilitaría un movimiento hacia los 3,287 dólares y reduciría la brecha con su récord.
Un factor determinante será su fuerte correlación con Bitcoin, ya que un impulso alcista de BTC podría trasladarse rápidamente a Ethereum y favorecer un escenario de recuperación gradual.
Sin embargo, si el momentum no aparece y Bitcoin entra en corrección, ETH podría consolidar cerca de los 3,000 dólares o sufrir una caída moderada en el corto plazo.
Una debilidad prolongada en esta zona invalidaría la tesis alcista y retrasaría cualquier avance realista hacia niveles de resistencia superiores durante el próximo ciclo del mercado.