Las grandes empresas de América Latina se enfrentan en promedio a 12 incidentes de ciberseguridad al año, con costos de recuperación que superan los u$s1,8 millones, según datos de Kaspersky.
Aunque avanzan en digitalización, muchas organizaciones siguen sin contar con la infraestructura, el presupuesto y el talento especializado necesarios para proteger entornos cada vez más complejos.
En ese contexto, la firma de seguridad identificó cinco banderas rojas de ciberseguridad que funcionan como señales de alerta temprana:
- falta de personal capacitado
- digitalización que crece más rápido que la protección
- nubes mal protegidas
- baja madurez organizacional
- un volumen masivo de amenazas imposible de gestionar solo de forma manual
Si estas banderas rojas se ignoran, el riesgo de interrupciones operativas, pérdidas de datos y fraudes millonarios se multiplica.
Claudio Martinelli, director general para Américas en Kaspersky, resaltó que "reconocer las señales de alerta es una prioridad para las empresas, no se trata solo de reaccionar ante las amenazas, sino de anticiparse a ellas".
Claudio Martinelli, director general para Américas Kaspersky: ''Hay que anticiparse a las amenazas''
Falta de talento y error humano como punto de entrada
Martinelli subraya que "la decisión de actualizar las herramientas de ciberseguridad de las empresas es un paso proactivo hacia la resiliencia y el momento para actuar es ahora, antes de que un incidente se convierta en una brecha catastrófica".
Desde Kaspersky resaltaron que la primera bandera roja es la falta de personal capacitado.
Casi la mitad de las empresas latinoamericanas (48%) tiene equipos de seguridad digital muy reducidos y, en el 12% de los casos, la ciberseguridad ni siquiera está en manos de especialistas, sino de personal sin formación específica.
Esa brecha convierte a los equipos internos en un cuello de botella: no alcanzan para cubrir monitoreo, respuesta a incidentes, gestión de parches y cumplimiento regulatorio.
Al mismo tiempo, el resto de los empleados rara vez recibe capacitación en buenas prácticas digitales, por lo que siguen cayendo en phishing , estafas de ingeniería social y descuidos básicos, como compartir contraseñas o abrir adjuntos maliciosos. Para Kaspersky, ignorar el error humano como amenaza es dejar una puerta abierta permanente a los atacantes.
Cuando la digitalización avanza más rápido que la protección
La segunda bandera roja aparece cuando la digitalización de la empresa crece más rápido que sus defensas.
Nuevos sistemas, más datos, más accesos remotos y entornos híbridos amplían la superficie de ataque: cada dispositivo, aplicación o API suma un posible punto de entrada.
Kaspersky advirtió que muchas empresas incorporan soluciones en la nube, herramientas colaborativas o aplicaciones de negocio sin integrar la ciberseguridad desde el diseño.
El resultado es un mosaico de tecnologías difícil de supervisar, donde prevenir ataques, corregir vulnerabilidades y cumplir regulaciones se vuelve un desafío constante.
Cuando el negocio escala pero las capacidades de protección no lo hacen al mismo ritmo, la probabilidad de intrusiones exitosas se dispara.
Nube mal protegida y trabajo desde dispositivos personales
Una tercera señal de alerta es la protección insuficiente de plataformas en la nube. Alrededor de 35% de las empresas de la región ya almacena e intercambia datos en la nube, pero pocas realizan respaldos regulares o implementan adecuadamente controles de acceso, cifrado y monitoreo.
A esto se suma que casi la mitad del personal trabaja desde equipos personales, que muchas veces no cuentan con soluciones de seguridad corporativa ni políticas claras de uso.
Este combo aumenta el riesgo de accesos no autorizados , pérdida de información crítica y uso indebido de datos sensibles.
En la práctica, un solo dispositivo comprometido puede servir como puerta de entrada a toda la red.
Madurez baja y seguridad reactiva en lugar de preventiva
La cuarta señal de alerta es la baja madurez en ciberseguridad. Muchas organizaciones aún están en una fase inicial, construyendo procesos básicos de protección sin una estrategia integral ni equipos especializados.
La ausencia de políticas claras, protocolos formales de respuesta a incidentes o monitoreo continuo hace que la seguridad funcione de manera principalmente reactiva: solo se actúa después de sufrir un problema.
En este contexto, cada nuevo sistema, la integración o conexión puede transformarse en un vector de ataque.
Kaspersky remarcó que sin una gestión madura y planificada, es imposible hacer frente a amenazas avanzadas o dirigidas que aprovechan justamente esas debilidades estructurales.
La quinta bandera roja es el volumen masivo de amenazas que circula a diario. Los laboratorios de Kaspersky detectan más de 4.600 nuevas amenazas por día , un ritmo que hace inviable dependiendo solo de medidas de análisis manuales o aisladas.
Este escenario exige soluciones automatizadas y sistemas de detección y respuesta inteligentes capaces de analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real, identificar comportamientos anómalos y reaccionar de inmediato.
Qué recomiendan los expertos y cómo responder a las banderas rojas
En un entorno donde las tácticas criminales evolucionan minuto a minuto, la velocidad y la automatización dejan de ser un lujo para convertirse en pilares de una defensa efectiva.
Según el ejecutivo, actualizar las herramientas de ciberseguridad es un paso proactivo hacia la resiliencia, especialmente en un mercado donde ya existen soluciones para "todas las tallas y bolsillos".
La compañía destaca plataformas como:
- Kaspersky Next XDR Optimum
- Kaspersky Next MXDR Optimum, pensadas para organizaciones con equipos reducidos de 2 o 3 especialistas
Estas propuestas combinan gestión avanzada de seguridad con MDR y MXDR, detección y respuesta 24/7, automatización que reduce la fatiga por alertas y visibilidad integral XDR sobre endpoints, nube y red.
Además, permiten optimizar recursos, reducir costos a través de servicios gestionados y salir del "ruido" de millas de alertas sin contexto.
El mensaje de fondo es claro: si una empresa identifica alguna de estas cinco banderas rojas, es una señal de que sus defensas tradicionales ya no alcanzan y necesita dar un salto hacia una ciberseguridad más avanzada, integrada y automatizada.
La advertencia llega en un momento en que la región se consolida como blanco prioritario para grupos criminales y campañas avanzadas.