Mientras Bitcoin ajusta su precio a la inflación estadounidense, hay otra criptomoneda que está capturando la atención de las ballenas (grandes inversores): XRP.
El activo nativo de la red Ripple ha dejado de ser noticia solo por sus batallas judiciales para convertirse en el pilar de una nueva infraestructura financiera global.
A diferencia de otras criptomonedas consideradas solo reserva de valor, XRP fue diseñada con un propósito operativo: servir como puente de liquidez para que los bancos realicen transferencias internacionales en segundos y a un costo casi nulo.
En un contexto donde el dólar muestra signos de degradación -con el índice DXY cayendo un 11% este año-, la eficiencia de Ripple gana terreno entre las instituciones.
Los 3 motores que impulsan a XRP hoy
Los analistas coinciden en que XRP atraviesa su mejor momento técnico por tres razones fundamentales:
- Claridad Regulatoria: XRP es uno de los pocos activos digitales en EE. UU. que cuenta con una declaración judicial de "no ser un valor" (security), lo que le da una ventaja competitiva frente a otras altcoins.
- Adopción Institucional: Grandes bancos en Asia y Medio Oriente ya están utilizando la tecnología On-Demand Liquidity (ODL) de Ripple, lo que genera una demanda real y constante del token XRP.
- El "efecto recuperación": Al igual que se analiza con Bitcoin, muchos inversores aplican el "comercio de degradación" a XRP, comprándolo como cobertura ante la pérdida de poder adquisitivo de las monedas fiduciarias.
¿Hacia dónde va el precio?
Aunque XRP ha tenido históricamente un comportamiento de "serrucho", su estructura actual es diferente.
La escasez programada y el aumento del volumen de transacciones en la red sugieren que el activo podría estar buscando romper sus máximos históricos si el entorno macroeconómico acompaña.
Para el ahorrista promedio, XRP representa una opción de diversificación que sale del ecosistema "tradicional" de Bitcoin o Ethereum.
Sin embargo, como siempre remarcan los especialistas consultados por iProUP, se trata de un activo de alta volatilidad donde la paciencia y el análisis del contexto regulatorio global son las mejores herramientas para invertir.