Un cambio histórico se está gestando en el corazón del sistema financiero estadounidense, los bancos tradicionales, que durante años miraron con escepticismo y distancia a Bitcoin, ahora lo están integrando activamente en sus servicios para clientes institucionales y de alto patrimonio.
Este fenómeno representa uno de los movimientos más relevantes en la relación entre las finanzas tradicionales y los activos digitales desde la aparición del ETF de Bitcoin y Ethereum en 2024.
Según un informe reciente, 14 de los 25 principales bancos de Estados Unidos, alrededor del 65% de las entidades, ya ofrecen productos o servicios relacionados con Bitcoin a sus clientes.
Entre ellos figuran nombres con peso en Wall Street como Goldman Sachs, JPMorgan Chase, Morgan Stanley y Bank of America, que pasaron de observar a las criptomonedas con distancia a estructurar instrumentos financieros vinculados a las mismas.
Durante años, las instituciones bancarias estadounidenses se mantuvieron al margen de las criptomonedas debido a su volatilidad, incertidumbre regulatoria y problemas reputacionales.
Sin embargo, su percepción cambió drásticamente, por ejemplo, como sucedió con la firma Jefferies que fue una de las primeras en emitir notas estructuradas vinculadas a un ETF de BTC, y que inmediatamente otras instituciones siguieron su ejemplo.
En paralelo, estas entidades ya vendieron más de u$s530 millones en notas estructuradas ligadas a ETF de Bitcoin, una señal clara de que hay demanda entre los clientes por productos que ofrezcan exposición al activo digital sin tener que manejarlo directamente.
Los servicios actualmente disponibles varían, pero entre los más destacados están:
Este cambio no es casualidad, ya que un entorno regulatorio más claro fue clave para aliviar las preocupaciones que tradicionalmente frenaban a los bancos de incursionar en este mercado.
El retiro de guías restrictivas y nuevas interpretaciones por parte de organismos como la Office of the Comptroller of the Currency (OCC) y la Reserva Federal abrieron los caminos para que instituciones financieras exploren actividades relacionadas con criptomonedas sin incurrir en sanciones o la incertidumbre legal.