El "Oráculo de Omaha" propone un plan de inversión con solo dos activos. Bajo costo, menos estrés y rendimientos superiores al promedio del mercado
18.12.2025 • 08:17hs • Inversiones
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La regla 90/10 de Warren Buffett: el método definitivo para invertir y ganarle a los "gurúes"
Invertir en los mercados globales suele percibirse como una tarea titánica reservada para expertos en finanzas o algoritmos complejos. Sin embargo, Warren Buffett, el inversor más exitoso de todos los tiempos, sostiene lo contrario.
Su famosa "Regla 90/10" es una estrategia minimalista y de bajo costo que desafía la sabiduría convencional de Wall Street y promete rendimientos superiores para el inversor promedio.
La premisa de Buffett es simple: la mayoría de las personas no tienen la experiencia necesaria para elegir acciones individuales con éxito. Incluso los administradores de fondos profesionales a menudo no logran superar el rendimiento de un simple índice de mercado. Por ello, su consejo es dejar de perseguir "la próxima gran acción" y apostar por la solidez de la economía estadounidense a largo plazo.
Esta estrategia no es solo una teoría; es la instrucción que Buffett dejó en su testamento para el manejo del dinero que heredará su esposa. "Creo que los resultados a largo plazo de esta política serán superiores a los alcanzados por la mayoría de los inversores, ya sean fondos de pensiones, instituciones o individuos", escribió el magnate.
¿En qué consiste la Regla 90/10?
El esquema se divide en solo dos componentes básicos, buscando maximizar el crecimiento mientras se mantiene un colchón de liquidez:
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90% en un fondo de índice S&P 500: Se trata de invertir la gran mayoría del capital en un fondo de bajo costo que replique a las 500 empresas más grandes de EE. UU. Buffett recomienda particularmente los de Vanguard por sus bajísimas comisiones.
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10% en bonos del Tesoro a corto plazo: Este porcentaje se mantiene en activos de deuda gubernamental estadounidense. Su función no es generar grandes ganancias, sino asegurar liquidez y reducir el riesgo ante caídas bruscas del mercado de acciones.
Las ventajas de la simplicidad
La mayor virtud de la regla 90/10 es que elimina los dos enemigos principales del inversor minorista: las comisiones altas y las decisiones emocionales.
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Rendimientos históricos: El S&P 500 ha ofrecido un retorno promedio anual de aproximadamente el 10% antes de la inflación durante casi un siglo.
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Costos mínimos: Al evitar los fondos de gestión activa, el inversor ahorra miles de dólares en comisiones que, gracias al interés compuesto, terminan haciendo una diferencia abismal en el tamaño final de la cartera.
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Menos estrés: Al ser dueño de una porción de todo el mercado, el inversor no necesita monitorear noticias diariamente. Una rebalanceo anual o trimestral es suficiente para mantener el rumbo.
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Diversificación automática: Un solo fondo de índice otorga exposición a sectores que van desde la tecnología y la salud hasta la energía y el consumo masivo.
¿Funciona para todos los inversores?
A pesar de su éxito, la regla de Buffett tiene sus críticos. La principal preocupación es la volatilidad. Tener un 90% en acciones puede ser "estresante" para alguien que está muy cerca de la jubilación o que ya está retirado y necesita estabilidad inmediata en su flujo de fondos.
Sin embargo, estudios académicos como el de Javier Estrada de la IESE Business School, han puesto a prueba la estrategia. Estrada simuló jubilaciones de 30 años retirando el 4% anual y concluyó que el consejo de Buffett es extremadamente sólido.
La clave del éxito, según las simulaciones, es que el 90/10 se ubica en un punto medio perfecto: ofrece un potencial alcista cercano al de una cartera 100% de acciones, pero brinda una protección contra caídas superior a las tradicionales carteras 60/40 (acciones/bonos).