El dólar digital gana terreno al ofrecer una estabilidad que las monedas locales no logran sostener, en una región marcada por la inflación crónica.

Así es como el dinero fiat perdió su rol de refugio y fue reemplazado por un activo que no está en sucursales ni cajeros, pero que se volvió más tangible que el dólar físico: USDT, la stablecoin de Tether.

Esta tendencia comenzó a tomar fuerza en 2018, cuando las hiperinflaciones empujaron a millones de ciudadanos a buscar refugio en otras alternativas. Aunque fue en 2025 cuando la adopción se volvió institucional.

Juan José Martínez, defensor del ecosistema cripto, detalló que las principales razones detrás de este movimiento son la pérdida de valor de las monedas nacionales y un sistema bancario que deja afuera a 30% de los adultos.

Ahí es donde surge USDT para ofrecer soluciones de liquidez y estabilidad, dos variables que los gobiernos no pueden garantizar.

El mercado encontró una respuesta para hacer frente a las sanciones, devaluaciones y exclusión financiera, según el contexto de cada país.

El riesgo oculto de USDT

Para millones de latinoamericanos que no tienen una cuenta bancaria, USDT marca la diferencia y no exige requisitos. Sin embargo, deja la soberanía monetaria en manos de una empresa privada registrada en las Islas Vírgenes Británicas, bajo el escrutinio del Tesoro de EE.UU.

Cada USDT funciona como un certificado digital cuyo respaldo depende de las reservas que administra únicamente Tether. Esto implica que la compañía puede congelar, redimir o incluso perder esos fondos si así lo disponen los reguladores.

De hecho, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) ya bloqueó direcciones en varias oportunidades.

El ciudadano común terminó reemplazando la inflación doméstica por el riesgo de un bloqueo externo. Pasó del control de un banco central nacional al de una empresa offshore, donde gana en eficiencia y liquidez, pero también una nueva forma de dependencia.

Si Tether enfrentara una corrida o un congelamiento masivo, el impacto sería inmediato y dejaría sin red de seguridad a millones de comercios y familias que hoy operan con USDT en América Latina.

Además, mientras la stablecoin funcione, los gobiernos locales tienen menos incentivos para combatir la inflación, ampliar la bancarización o desarrollar monedas digitales soberanas, según una publicación de Criptonoticias

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