Uno de los objetivos que se están planteando algunos de los grandes retailers es trasladar la eficiencia de las grandes plataformas de ecommerce a las tiendas físicas. Trabajan en esto, por ejemplo, Amazon y JD.com, que están realizando una expansión a través de la compra y/o aperturas de tiendas offline.

En este contexto, la consultora Oliver Wyman prevé que el supermercado del futuro podría funcionar con hasta un 40% menos de horas de trabajo empleadas. La tendencia a la expansión “física” responde al objetivo de transferir parte de su eficiencia digital a los nuevos establecimientos, para lo cual están experimentando con nuevas formas de automatización.

Además de la automatización, otra tendencia destacada de la omnicanalidad es la transformación de las tiendas en centros de experiencia.

El proceso de compra tiene lugar de forma creciente en el entorno online”, explica el informe citado en una nota de América Retail, de manera que las tiendas físicas, si quieren sobrevivir y tener éxito, “deberán ofrecer una experiencia que vaya más allá de la mera transacción”. Para ello, “las personas seguirán siendo esenciales”.

Algunas tendencias:

Reordenar el espacio: se prevé que se reducirá el área dedicada a los productos envasados o de uso recurrente que normalmente ocupan los pasillos centrales de los establecimientos, que pasarán a recrearse virtualmente, y se ocupará ese espacio en servicios de valor añadido: exhibiciones de productos frescos, cursos de cocina o nutrición, catas y otros espacios de socialización.

Lista de la compra virtual: a medida que el cliente recorra el centro probando productos y viviendo experiencias, realizará sus pedidos online a través de su lista virtual, e incluso verá su compra por primera vez cuando se la entreguen en su domicilio.

Reubicación de los costos: los establecimientos incurrirán en importantes gastos para su automatización, que se verán compensados por la simplificación de tareas. El estudio señala que los supermercados podrán liberar hasta un 20% de su fuerza de trabajo mediante el uso de tecnología y la optimización de procesos. Si a esto se añaden los ahorros de la automatización masiva y la transformación de las secciones, las horas laborables podrían reducirse hasta en un 40% con respecto a sus niveles actuales.

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