El mercado financiero global entró en una fase inesperada de alivio. La reapertura del Gobierno estadounidense destrabó un flujo de liquidez que ya devolvió más de u$s70.000 millones a los mercados, según cálculos de ARK Invest. Pero lo más relevante todavía no ocurrió: la normalización de la Cuenta General del Tesoro podría inyectar otros u$s300.000 millones en apenas unas semanas.
Para Bitcoin, un activo profundamente sensible a las condiciones monetarias, el movimiento no pasa desapercibido. ARK anticipó que el 1 de diciembre la Reserva Federal pondrá fin al endurecimiento cuantitativo (QT) y dará paso a una etapa de flexibilización.
De esta forma, la Fed encenderá la "aspiradora de dólares", lo que generaría más compras de bonos, menores costos de financiamiento y un contexto más amable para los activos de riesgo. "Con la vuelta de la liquidez y el final del QT, las condiciones están dadas para revertir las caídas recientes", resume la firma.
BTC vuelve a mirar las seis cifras
La dinámica del precio acompañó la mejora del clima financiero. Durante los últimos días, Bitcoin mantuvo la zona de u$s90.000 como soporte clave, incluso después de alcanzar máximos semanales cerca de u$s92.000.
La ausencia de Wall Street le dio aire a los alcistas, mientras los analistas empiezan a mirar un nivel que, si se quiebra, puede destrabar un movimiento mayor.
"Si se rompe el nivel de u$s93.000, BTC vuelve a u$s100.000", sintetiza a iProUP el economista cripto Juan Clavero. El experto entiende que "es necesaria una breve consolidación, antes de un intento serio sobre esa resistencia".
"Creemos que el mercado cripto, hasta diciembre, estará dominado por la cautela de los inversores, a la espera de anuncios de la Fed, especialmente sobre recortes de tasas", señala a iProUP Julián Colombo, director de Bitso para Sudamérica.
Para el referente cripto, la actual "es una etapa de alta sensibilidad al contexto económico, lo que se puede traducir en movimientos bruscos de Bitcoin y el resto de las criptomonedas, hasta que se conozca la decisión final".
Colombo asegura que, "pese a esta sensibilidad a corto plazo, vemos que la tendencia alcista a medio y largo plazo de Bitcoin continúa". El experto recuerda que la escasez programada del activo y la adopción global continúan.
"El mercado está lidiando con factores externos, pero la tendencia histórica sugiere que el valor intrínseco de Bitcoin sigue intacto. Por lo tanto, es una cuestión de tiempo que se vuelva tocar un nuevo máximo histórico o ATH", agrega Colombo.
Una estructura técnica frágil que obliga a mirar el riesgo
El rebote reciente no borra el estado general de vulnerabilidad. Glassnode adveirte que BTC perdió su media móvil de 50 semanas, un nivel crítico que históricamente actuó como soporte estructural. También cedió el costo base de los inversores de corto plazo (STH), debilitando la demanda.
La firma onchain compara la situación con el primer trimestre de 2022, cuando la falta de entrada de capital terminó anticipando caídas más profundas. Los índices de pérdidas realizadas muestran valores similares: los traders minoristas liquidan posiciones con magnitudes que exponen una liquidez cada vez más delgada.
¿Dónde está la zona que define todo? "Entre u$s100.000 y u$s105.000. Allí confluyen el precio realizado STH y la media móvil semanal de 50 períodos", resume Juan Clavero. El especialista sostiene que, si el mercado recupera ese rango, BTC puede despejar el riesgo de volver debajo de los u$s80.000. Si no lo hace, el sesgo bajista seguirá intacto.
Julián Colombo, director de Bitso para Sudamérica, afirma a iProUP que "nadie cree que el 100% de la riqueza global se traslade a Bitcoin, ni siquiera los maximalistas más fervorosos.
"Si apenas el 10% de la riqueza mundial buscara refugio en Bitcoin, tendríamos un precio de u$s3,3 millones por unidad. Incluso con un tímido 1% (en línea con las recomendaciones que empiezan a dar algunos asesores financieros tradicionales) hablaríamos de u$s330.000, más del triple del precio actual", dispara.
Colombo plantea esos potenciales escenarios, "sin contar la inflación del dólar en los próximos años, ni las distorsiones que pueda generar una crisis financiera global, ni el aumento de la riqueza que se espera que haya año tras año en el mundo". Finalmente, recuerda que "las correcciones son cíclicas y sanas".
Las predicciones vuelven a escena de la mano de ARK
Pese a la corrección de noviembre y al avance de las stablecoins como reserva de valor de corto plazo, ARK mantiene sin cambios su objetivo alcista para BTC: u$s1,5 millón para 2030 en su escenario optimista y u$s300.000 en el más conservador. Cathie Wood lo explica así: "El oro subió mucho más de lo esperado, y eso compensa en parte el peso menor que tienen las stablecoins sobre Bitcoin".
Arthur Hayes, por su parte, anticipó que un giro oficial hacia la expansión cuantitativa podría llevar a BTC a u$s250.000. Pero para el corto plazo, la señal clave sigue siendo la misma: recuperar u$s92.000 habilitaría una reacción más amplia si el contexto macro acompaña.
El escenario para el cierre de 2025 se define por dos fuerzas contrapuestas:
- Por un lado, la vuelta de la liquidez: más dólares globales y un giro monetario pueden alimentar un nuevo tramo alcista, especialmente si BTC consolida sobre los u$s100.000
- Por el otro, una estructura técnica dañada: si la demanda no reaparece, la debilidad onchain puede volver a presionar hacia la zona de u$s80.000
La clave no será solo romper resistencias, sino sostenerlas. Bitcoin llega a 2026 con chances reales de marcar nuevos máximos históricos, pero también con la obligación de reconstruir una estructura de soporte que cedió más rápido de lo que muchos esperaban.