El gobierno de Bolivia anunció una serie de reformas que posibilitarán la integración de criptomonedas y stablecoins en su sistema financiero.

El ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, confirmó a Reuters que el Gobierno prepara un esquema para que los bancos custodien activos digitales y ofrezcan productos de ahorro y crédito vinculados al universo cripto.

El objetivo apunta a ordenar un ecosistema que creció sin regulación y que tomó fuerza en medio de una inflación que superó 22% interanual.

La pérdida de valor del boliviano impulsó a miles de ciudadanos a usar stablecoins como USDT para preservar ahorros y acceder a operaciones en dólares sin pasar por canales bancarios tradicionales.

La escasez de divisas profundizó el fenómeno. Empresas como Toyota, Yamaha y BYD ya aceptan pagos en USDT, mientras comercios y consumidores optan por billeteras digitales para sortear límites cambiarios.

La estatal YPFB anticipó un plan para pagar importaciones con criptomonedas, aunque tampoco definió qué activos utilizará ni los procedimientos operativos.

El anuncio también refleja un movimiento más amplio. Varios países emergentes avanzan con la integración de criptomonedas a sus sistemas financieros para enfrentar inflación, mejorar productividad y atraer inversiones tecnológicas.

Las autoridades bolivianas reconocen que no existe forma de controlar el mercado cripto a nivel global y que el país necesita adaptarse para evitar quedar atrás. No obstante, todavía faltan regulaciones específicas y lineamientos que definan cómo deberán operar bancos y empresas dentro de este nuevo esquema.

Si finalmente se avanza con estas reformas, las mismas podrían posicionar a Bolivia dentro de la ola regional que ve en las stablecoins una alternativa ante la pérdida de poder de compra, las restricciones cambiarias y la necesidad de modernizar sus economías.

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