La reciente y sostenida caída del precio de Bitcoin (BTC) cruzó un umbral significativo, situando a la media de los inversores en los Fondos Cotizados en Bolsa (ETF) de Bitcoin en una posición de pérdidas, o "bajo el agua", por primera vez para muchos.
La criptomoneda con mayor capitalización de mercado se deslizó por debajo de la marca de los u$s89.600, reflejando la actual aversión al riesgo y la presión macroeconómica en el mercado de criptomonedas.
Los datos de flujos de capital revelan una tendencia preocupante, los ETF de Bitcoin al contado en EE.UU. registraron una racha de cinco días consecutivos de salidas, con cifras que superan los u$a1.100 millones en total durante este periodo de corrección.
Pero además, el pasado 12 y 13 de noviembre marcaron sesiones particularmente duras, con salidas de u$s278.1 millones y u$s866.7 millones respectivamente, siendo esta última la segunda peor jornada registrada.
En paralelo, esta pérdida masiva de capital fue vista por algunos analistas como la señal de un "mini" mercado bajista en un momento crucial para la valoración de Bitcoin.
Dentro de los factores que impulsaron esta baja, algunos expertos señalaron que, en el actual entorno de aversión al riesgo, la liquidez y los factores macroeconómicos son los principales impulsores del mercado.
Las condiciones financieras ajustadas transformaron las pérdidas en una presión a la baja, mientras que cualquier señal de relajación macroeconómica podría actuar como un "ancla de elevación".
Dentro de los contraste en el mercado de ETF, a pesar del pesimismo en torno a Bitcoin y Ether, que también está experimentando fuertes salidas de sus propios ETF (con u$s182.7 millones de retiros en una sola jornada), el fondo de SOLANA no tuvo la misma suerte.
ETF de SOL logró desafiar la tendencia, registrando flujos positivos continuos desde su lanzamiento, señalando un posible cambio en el interés de los inversores institucionales hacia otras criptomonedas.
Por último, la situación actual de BTC, cotizando alrededor de los $89.500, pone el foco en si los niveles técnicos clave podrán resistir la presión de venta.
La tesis alcista, impulsada en gran medida por la adopción institucional a través de los ETF a principios de año, ahora se enfrenta a su prueba más dura, ya que el precio coquetea con la posibilidad de borrar las ganancias acumuladas durante el año.