El Gobierno salvadoreño realizó una nueva compra masiva de Bitcoin (BTC) por 1.089 monedas digitales, aprovechando la reciente caída del precio por debajo de los u$s90.000.
A pesar de un entorno macroeconómico más volátil y de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el país sigue apostando por su estrategia de acumulación.
El Salvador salió a comprar Bitcoin
Según datos del Bitcoin Office de El Salvador, la adquisición se dio en tres transacciones, dos por 500 BTC cada una y una adicional de 89 o 90 BTC.
De esta forma, el monto total supera los u$s100 millones, según estimaciones basadas en los precios actuales del activo digital que ronda los u$s91.000
Con esta compra, las reservas oficiales de Bitcoin del país se elevan a más de 7.474 BTC, lo que representa un valor aproximado de unos u$s672 millones.
La operación coincide con una caída significativa en el valor de Bitcoin, en el último mes, la criptomoneda retrocedió alrededor de un 19%, y en su ciclo más amplio desde máximos históricos la baja supera el 27%.
Bukele confía en Bitcoin
Este "dip" en el precio parece haber sido aprovechado por el gobierno salvadoreño para reforzar su reserva, que a pesar de las condiciones del acuerdo con el FMI, el país no abandona su estrategia cripto.
En su momento, en el acuerdo con el Fondo se estableció que el país debía limitar la acumulación de BTC por parte del Estado, pero el gobierno siguió comprando monedas.
En paralelo, el presidente Nayib Bukele fue enfático y aseguró la acumulación de bitcoin no se detendrá, incluso en medio de críticas y presiones internacionales
Por otro lado, esta compra posee varios riesgos:
- Volatilidad: comprar en momentos de caída puede ser atractivo, pero el mercado cripto sigue siendo altamente volátil.
- Sostenibilidad: mantener una estrategia de acumulación constante exige recursos y puede generar tensiones fiscales si no se gestiona con prudencia.
- Relación con el FMI: el hecho de que El Salvador continúe comprando BTC pese a las condiciones del acuerdo con el FMI podría generar cuestionamientos sobre su cumplimiento real.
- Percepción internacional: mientras algunos ven esta estrategia como visionaria, otros la interpretan como una apuesta demasiado arriesgada para las finanzas nacionales.
En conclusión, esta nueva compra de 1.089 BTC por parte de El Salvador no es solo una operación financiera, sino una declaración estratégica.
En momentos de incertidumbre en el mercado cripto, el país refuerza su convicción con acciones concretas y su desafío será demostrar que esa apuesta no solo es visionaria, sino también sostenible.