El avance de las estafas virtuales dejó de ser un problema aislado para convertirse en uno de los mayores dolores de cabeza del sistema financiero argentino.

Bancos, fintech, jueces, fiscales y organismos regulatorios coinciden en algo que hasta hace poco no era tan evidente: el fraude digital crece más rápido que la capacidad de respuesta del mercado.

En este contexto, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió mover fichas mientras cada día aparecen nuevos casos de usuarios engañados.

Juan Curutchet, director del organismo y superintendente de Entidades Financieras, detalló la nueva ofensiva que el BCRA analiza para frenar esta ola de delitos.

No se trata de un paquete cerrado ni de medidas ya definidas, sino de una agenda de trabajo que el organismo quiere discutir con todo el ecosistema.

O, como él mismo planteó, "temas abiertos que decimos en voz alta", durante una presentación en Argentina Fintech Forum.

La "lista gris": un filtro para patrones de riesgo

Uno de los puntos más llamativos es la creación de una "lista gris" que identifique comportamientos inusuales.

"El foco está puesto en usuarios que acumulan una cantidad desproporcionada de cuentas bancarias o billeteras", advierte a iProUP Segundo Carranza, experto en ciberdelitos.

El especialista puntualiza en un patrón que suele aparecer como soporte logístico de estafas y maniobras de lavado.

"Hay cuentacorrentistas, no usuarios de fintech, que tienen conductas raras. ¿Por qué alguien que es monotributista tiene 40 cuentas? Llama la atención. Hay que fijar patrones de riesgo. Si no me explicás, no te abro la cuenta 41 o te cierro las cuentas que te sobran", explicó Curutchet.

Y aunque reconoció que "lista gris suena espantoso" y genera rechazo, resaltó que el sistema va camino a exigir explicaciones adicionales a quienes muestren conductas anómalas.

"Hoy, la normativa ya obliga a que bancos y billeteras consulten a Coelsa cuántas cuentas tiene un usuario antes de autorizar una nueva apertura", agrega Carranza.

De hecho, esa información está disponible y operativa. Lo que ahora se discute es cómo actuar cuando el registro excede de manera radical el promedio: según Coelsa, cada argentino tiene unas 8 cuentas entre CBU y CVU.

El "botón de pánico": un freno inmediato ante un ataque

Otra idea que circula en la mesa de fraude es la creación de un "botón de pánico" para que cualquier usuario pueda bloquear de inmediato todos sus productos financieros con un solo aviso.

"Sería útil ante un hackeo de WhatsApp, una modalidad que ya dejó miles de víctimas", ejemplifica Carranza.

La medida podría aplicarse a una entidad puntual o a todo el sistema, aunque enfrenta desafíos técnicos y operativos: evitar bloqueos falsos, resolver qué áreas reciben y ejecutan la alerta y coordinar los tiempos de congelamiento.

"Es muy complejo, pero todos hemos sentido alguna vez, cuando le pasa algo a alguien cercano, qué bueno sería tener algo así", reconoció Curutchet.

Restricciones personalizables: límites nocturnos y montos máximos

Más allá de las medidas sistemáticas, el BCRA quiere que cada usuario tenga mayor control sobre sus riesgos.

La propuesta incluye permitir que las personas configuren límites de transferencia, prohíban movimientos nocturnos o exijan una verificación adicional para montos elevados.

Curutchet defendió que estas decisiones queden en manos de bancos y fintech, sin una regulación rígida que el organismo deba imponer a todos por igual.

El argumento es claro: el delito evoluciona demasiado rápido y cualquier norma muy detallada podría quedar obsoleta en pocos meses.

Fraudes globales, delitos globales

El avance del ciberdelito ya no es solo un fenómeno local y si algo está claro es que con lo trabajado hasta acá no alcanza para frenar la proliferación.

Cada vez más operaciones fraudulentas tienen ramificaciones en otros países y utilizan redes internacionales para mover fondos.

Por eso, varios supervisores analizan compartir bases de datos y reforzar la cooperación transfronteriza.

Ese carácter global también quedó expuesto en el Argentina Fintech Forum. Guillermo Pacheco, director para Latinoamérica de Incode, advirtió que la irrupción de la inteligencia artificial (IA) sofisticó las estafas, sobre todo mediante deepfakes.

"La protección frente a los fraudes tiene varios niveles. La IA empezó a afectar la verificación biométrica. Necesitamos detectar identidades falsas elaboradas con IA; ese es hoy el principal desafío en la Argentina y en la región", explicó.

Un desafío que recién empieza

Las estafas virtuales dejaron de ser un delito marginal para transformarse en una amenaza estructural para el sistema financiero.

La velocidad, escala y sofisticación de estos ataques supera cualquier esquema de control tradicional.

Por eso, el BCRA quiere avanzar en una estrategia coordinada, aunque sin sobrerregular un ecosistema que cambia todos los días.

Las propuestas generan debate: una "lista gris" despierta temores a excesos, un "botón de pánico" trae dudas operativas y las restricciones personalizadas dependen de que los usuarios entiendan qué están configurando.

Sin embargo, todas apuntan al mismo objetivo: frenar una ola de delitos que ya afecta a bancos, fintech y ciudadanos por igual.

La discusión recién empieza, pero una cosa es segura: el fraude digital llegó para quedarse, y la respuesta no podrá esperar mucho más.

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