Bitcoin volvió a encender las luces verdes tras una semana dominada por la incertidumbre. La criptomoneda recuperó el nivel de los u$s106.000, impulsado por las señales de un inminente acuerdo en el Senado estadounidense que puede poner fin al cierre más largo del Gobierno en la historia del país.
El rebote, sin embargo, está lejos de ser una señal de euforia. Analistas coinciden en que el repunte refleja más un alivio temporal que un cambio estructural en la tendencia. Las dudas persisten: los traders aún observan con desconfianza la falta de impulso en los derivados, mientras las condiciones macro siguen pesando sobre el apetito por el riesgo.
La cuestión es que, en EE.UU., un bloque de ocho senadores demócratas centristas rompió filas con su partido y permitió avanzar un proyecto de ley bipartidista para reabrir la administración federal, cerrada desde el 1 de octubre por falta de acuerdo presupuestario.
Eso explica la foto actual. Durante más de 40 días, el país operó con funciones limitadas y sin la publicación de indicadores clave de empleo e inflación, dejando a la Reserva Federal en un terreno de especulación.
La posibilidad de un acuerdo provisorio (que extendería la financiación hasta enero) fue suficiente para que el índice Nasdaq subiera 1,5% y que el mercado cripto replicara el movimiento. Bitcoin tocó un máximo intradiario de u$s106.300, registrando un avance superior al 3% en 24 horas, según datos de TradingView.
Un alivio que no termina de ser
Pese al repunte, el mercado sigue mostrando señales de prudencia. Los futuros de Bitcoin a dos meses se negocian con una prima anualizada de apenas 4% sobre el mercado spot, por debajo del umbral neutral del 5%.
Para el analista financiero Rubén Peralta, "esa debilidad refleja la falta de interés en posiciones largas apalancadas tras las liquidaciones forzadas por más de u$s270 millones ocurridas días atrás, cuando el precio perforó el soporte de u$s107.000".
Los traders parecen esperar una confirmación macroeconómica más clara antes de volver a asumir riesgo. Mientras tanto, la tasa de financiación anualizada de los futuros perpetuos (el instrumento más utilizado por los inversores minoristas) se mantiene en torno al 5%, un nivel bajo que denota apatía más que pesimismo.
La volatilidad del mercado de renta variable y la preocupación por el consumo en EEUU, tras semanas de cierre gubernamental, completan un cuadro donde el optimismo convive con la cautela. De hecho, miles de vuelos fueron cancelados y controladores aéreos dejaron de trabajar por falta de pago, un síntoma de la parálisis que afectó a toda la economía.
La mirada técnica: expertos ven señales mixtas
Para Iván Bolé, analista cripto, la lectura técnica de la divisa digital sigue siendo clave para entender el momento actual. "La EMA 55 semanal demostró ser un indicador muy poderoso para entender la tendencia de Bitcoin. En 2022, múltiples cierres semanales debajo de ese nivel fueron la confirmación del inicio del bear market", explica.
Bolé advierte que el repunte reciente no alcanza para decretar el fin de la corrección. "Nada sube para siempre, ni todo el tiempo. Como venimos diciendo, el ciclo alcista está bastante desarrollado y maduro, por lo tanto, cada posible tope pone a todos nerviosos".
El experto lo grafica con un hecho reciente: "Los u$s126.200 tuvieron ese efecto, catalizado, aumentado y expandido por la liquidación masiva del 10 de octubre, cuando se borraron u$s20.000 millones del mercado".
Y agrega un matiz de prudencia que contrasta con el entusiasmo de algunos inversores: "¿Damos la corrección por terminada? ¿Ya salimos del peligro con este cierre semanal del domingo teñido de optimismo por la simultánea noticia de finalización del cierre de gobierno (shutdown) de EEUU? No lo creo. Se requiere más cautela. Así como un solo cierre debajo de la EMA55 no determinaba per se el bear market, pero le abría camino, un cierre por arriba no es salvación".
En su análisis, la resistencia superada representa una "condición necesaria pero no suficiente" para un cambio de tendencia. "Sí, cerramos la vela semanal arriba de la EMA55. Prueba de fuego cumplida. Es condición necesaria pero no suficiente para un reversal. Los días subsiguientes serán reveladores", concluyó Bolé.
Bitcoin, el inversor argentino y el futuro del precio
Julián Colombo, director general de Bitso Argentina, coincide en que el movimiento actual debe leerse con perspectiva. "Desde lo técnico, Bitcoin enfrenta una resistencia y puede retroceder levemente, aunque difícilmente caiga por debajo de los u$s100.000. Pese a la volatilidad, mantiene una tendencia alcista a mediano y largo plazo", asegura.
Según el ejecutivo, el activo continúa siendo el núcleo del ecosistema cripto argentino y los ahorristas locales ya conocen su comportamiento, por lo que acumulan en épocas de correcciones.
"Bitcoin sigue siendo el activo de mayor peso en las carteras de los inversores argentinos, con el 55% del total de tenencias frente al 49% del segundo semestre de 2024, seguido por los dólares digitales (19%) y Ethereum (9%)", detalla a iProUP.
La consolidación del liderazgo de BTC se sostiene, en parte, por la falta de instrumentos de ahorro tradicionales. "Más allá de fluctuaciones de corto plazo, Bitcoin mantiene tendencia alcista a mediano y largo plazo que se consolida con el paso del tiempo, con una revalorización sostenida y consolidación en las preferencias locales", concluye Colombo.
La atención del mercado ahora se centra en la evolución del cierre del Gobierno estadounidense y en la lectura de los próximos datos macro. "Si el acuerdo bipartidista se concreta, el alivio institucional puede empujar a Bitcoin hacia los u$s112.000 e incluso provocar una contracción corta", proyecta Rubén Peralta.
Por ahora, la cautela prevalece. Las métricas de derivados y el sesgo delta de las opciones a 30 días siguen marcando un tono neutral a bajista, mientras los traders institucionales prefieren esperar confirmaciones más firmes antes de posicionarse.
Bitcoin, una vez más, se convierte en el termómetro de la incertidumbre global: un activo que reacciona tanto al pulso de Wall Street como al humor político de Washington. Y aunque las últimas velas verdes traen un respiro, el mercado parece tenerlo claro: el verdadero desafío todavía no terminó.