El mercado cripto entra en una fase de múltiples lecturas. Tras una corrección marcada en las últimas semanas, donde Bitcoin retrocedió desde máximos de u$s126.000 hasta caer por debajo de los u$s100.000, un análisis reciente de JPMorgan vuelve a colocar al principal activo digital en el centro del escenario con un pronóstico sorprendente: alrededor de u$s170.000 en los próximos seis a doce meses.
La estimación llega en un contexto donde el desapalancamiento en los futuros perpetuos parece haber quedado atrás, los niveles de volatilidad relativos bajaron y la comparación entre Bitcoin y el oro adquiere nuevos matices.
Un mercado sacudido, pero con señales de estabilización
El retroceso de Bitcoin (y el resto de criptomonedas) fue significativo: la caída cercana al 20% desde los picos, impulsada por liquidaciones históricas (más de u$s19.000 millones en un solo día) y por un entorno macro más hostil, dejó claro que el mercado de cripto no es inmune a la presión global.
En palabras de los analistas de JPMorgan, "los futuros perpetuos son el instrumento más importante a vigilar en la coyuntura actual" y el hecho de que el ratio de interés abierto respecto a la capitalización haya vuelto a niveles normales indica que la fase de desapalancamiento podría estar detrás.
Claves del análisis: ¿qué hace que Bitcoin pueda subir?
Volatilidad relativa oro/BTC: El ratio cayó por debajo de 2.0, lo que significa que Bitcoin ahora requiere aproximadamente 1,8 veces más capital de riesgo que el oro. Ese menor "consumo" relativo de riesgo hace al activo más atractivo desde esa óptica.
Normalización del apalancamiento: El mercado de futuros de Bitcoin, especialmente los contratos perpetuos, experimentó una gigantesca liquidación en octubre. Según el informe, la fase más aguda queda "probablemente atrás".
Comparativa mecánica con el oro: Si Bitcoin alcanzara dos tercios del peso del oro en inversión privada ajustado por volatilidad, el precio teórico se situaría cerca de los u$s170.000. Esa métrica opera como guía del análisis.
Según el analista cripto Rodrigo Mansilla, el mercado deberá cumplir con una serie de condiciones para que el escenario alcista proyectado por JPMorgan gane fuerza. "En el corto plazo, hay varios factores a seguir de cerca. Uno es el ratio de interés abierto en los futuros perpetuos, que debería mantenerse estable o incluso reducirse para confirmar que el exceso de apalancamiento quedó atrás".
"También será importante que los volúmenes de negociación y los flujos hacia productos institucionales o fondos cotizados en bolsa (ETF) vuelvan a mostrar señales de entrada, lo que marcaría un renovado interés del dinero grande", explica el especialista.
Mansilla agrega que el soporte técnico en torno a los u$s100.000 será una zona decisiva: "Si ese nivel se mantiene, puede actuar como base de un rebote más sólido. Pero si se perfora, el panorama se complicaría".
Además, advierte que la volatilidad del oro y el entorno macroeconómico (especialmente tasas de interés y liquidez global) "serán determinantes para que Bitcoin conserve su atractivo como activo de riesgo y pueda aspirar a una nueva etapa de expansión".
Riesgos y matices que no conviene ignorar
Aunque el pronóstico resulta optimista, no está exento de condiciones. La estabilización del apalancamiento no implica que todos los motores estén listos para un rebote, ni que el entorno macro sea benigno.
Por un lado, la caída bajo los u$s100.000 dejó vulnerabilidades técnicas que podrían reactivarse si los flujos se invierten nuevamente. Por otro, la dependencia de eventos macro (tasas de interés, liquidez global, regulaciones sobre criptomonedas) sigue alta.
Además, otros agentes del mercado adoptaron un tono más conservador: por ejemplo, Galaxy Digital recortó su proyección para Bitcoin en el cierre de 2025, de u$s185.000 a u$s120.000. Esto subraya que las hipótesis extremas dependen de que los supuestos clave se cumplan.
Si la teoría JPMorgan se confirma y los flujos giran, Bitcoin podría encaminarse hacia un precio en torno a los u$s170.000. No obstante, la ruta no será lineal: dependerá de confirmaciones técnicas, de jugadores institucionales, de optimismo macro y de vigencia de la narrativa de "oro digital".
Para el inversor informado que ya conoce la dinámica de criptomonedas, la clave estará en monitorear si los fundamentos vuelven a alinearse con el pronóstico.