El White Paper de Bitcoin, publicado por Satoshi Nakamoto el 31 de octubre de 2008 y que ahora cumple 17 años, es un hito histórico no solo para Bitcoin, sino para todo el ecosistema de criptoactivos.
Fue en ese documento donde se delinearon las bases de una nueva moneda digital descentralizada, capaz de operar como medio de pago peer-to-peer (entre pares), sin necesidad de intermediarios o confianza en terceros. La idea era tan disruptiva que inauguró un nuevo paradigma económico: un sistema abierto y accesible a cualquier persona con conexión a internet – la tecnología blockchain, que está redefiniendo nuestra relación con el dinero, el valor y la libertad financiera.
Esa visión me inspiró profundamente y fue determinante para la creación de Ripio en 2013. Mis socios y yo creíamos que el impacto de esta innovación sería inmenso, y el tiempo lo comprobó. Hoy, 17 años después de la publicación del White Paper, los efectos de esta innovación eran inimaginables.
El Bitcoin, negociado globalmente y usado por millones de personas e instituciones como reserva de valor, protección y medio de pago, se convirtió en uno de los principales activos del mundo, con una capitalización de mercado que supera los 2 billones de dólares y con el volumen de Bitcoins bajo control de empresas que alcanza niveles sin precedentes.
De acuerdo con relevamientos recientes, compañías de capital abierto alrededor del mundo ya acumulan aproximadamente u$s118.000 millones en BTC, el equivalente a 1,02 millones de unidades de la criptomoneda.
Se trata de un nuevo récord histórico, que refleja la madurez institucional del mercado y el interés creciente del sector corporativo por esta reserva digital de valor. Actualmente, 172 empresas forman parte de este grupo, lo que representa un avance de casi el 40% en solo un trimestre, según datos de Bitwise.
El BTC y otros criptoactivos representan alternativas valiosas de inversión y de uso cotidiano. Ofrecen autonomía al eliminar intermediarios, garantizan rastreabilidad y seguridad de las transacciones 24/7 (24 horas al día, 7 días a la semana), y permiten transferencias globales casi instantáneas, sin barreras, tasas de cambio o costos elevados.
Esta naturaleza universal y accesible hace que los criptoactivos sean especialmente relevantes en regiones como América Latina, donde la inflación crónica y la inestabilidad económica y cambiaria presionan el poder adquisitivo de la población. También hay otras facilidades que ayudan a la adhesión cada vez mayor a este ecosistema, insertándolo en el día a día de cada uno, incluso al momento de realizar compras.