La Fundación BNB completó su trigésima tercera quema trimestral de tokens, eliminando del mercado un total de 1.441.281 BNB. La operación representó un valor aproximado de u$s1.208 millones, según el precio de mercado al momento de la transacción.
La quema de tokens es parte de un mecanismo deflacionario que busca reducir la oferta total de BNB en circulación. El objetivo final es alcanzar un suministro máximo de 100 millones de unidades.
Actualmente, hay alrededor de 137.7 millones de BNB en circulación, por lo que todavía queda margen para futuras operaciones similares.
El sistema utilizado para calcular cuántos tokens se eliminan se conoce como Auto-Burn. Este mecanismo considera variables como la actividad en la cadena y las condiciones generales del mercado.
Además, se complementa con el programa Pioneer Burn, que destruye tokens perdidos por usuarios en circunstancias excepcionales.
Después de la quema, el precio de BNB registró un aumento de más del 3%, superando momentáneamente a XRP en capitalización de mercado. Este tipo de movimientos suele generar expectativas positivas entre los inversores, al reducir la oferta y reforzar la percepción de valor del activo.
El buen momento de BNB en el mercado
BNB, el token de la Binance Smart Chain, volvió al centro de la escena. En menos de dos semanas pasó de ser una criptomoneda afectada por la volatilidad a convertirse en el epicentro de una ola de compras institucionales, impulsada por factores que combinan política, confianza de mercado y fundamentos sólidos.
El perdón otorgado por Donald Trump al fundador de Binance, Changpeng "CZ" Zhao, fue el detonante más visible de este renovado entusiasmo. El anuncio, confirmado por la Casa Blanca, puso fin a meses de incertidumbre sobre el futuro del exchange y su liderazgo.
El impacto fue inmediato: BNB subió más de 6% en 24 horas y volvió a superar los u$s1.100, reflejando un giro de confianza que el mercado no veía desde comienzos del año.
Pero el repunte no se explica solo por el indulto. Detrás del movimiento hay señales más profundas:
- Corporaciones públicas que están incorporando BNB en sus balances
- Fondos de inversión que diversifican hacia activos cripto y bancos asiáticos que buscan construir tesorerías digitales
Todo converge en un punto: el regreso de BNB al radar institucional y un cambio en la narrativa del mercado.