El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) prepara una profunda actualización de sus principales indicadores sociales y económicos.
En 2026 debutará un nuevo Índice de Precios al Consumidor (IPC), con una canasta modernizada y una metodología más digital para medir la inflación en el país.
Pero el organismo también evalúa cambios, de cara al año que viene, en la medición de la pobreza y en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
El objetivo, argumentan desde la entidad, es reflejar con mayor precisión el consumo, los ingresos y el costo de vida real de los argentinos.
INDEC actualiza el IPC: así será el nuevo índice de precios
El nuevo IPC reemplazará la base vigente desde 2004 y se elaborará con datos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017-2018.
Según explicó el director del INDEC, Marco Lavagna, este cambio busca "alinear las estadísticas con los estándares internacionales" y mejorar la calidad de la información que usan tanto el sector público como el privado para tomar decisiones económicas.
Entre los ajustes más relevantes se destaca la reponderación de la canasta de consumo: los gastos en vivienda y servicios subirán del 9,4% al 14,5%, transporte pasará del 11% al 14,3% y comunicación casi duplicará su peso, del 2,8% al 5,2%, impulsada por el avance del consumo digital.
En cambio, alimentos y bebidas bajarán del 27% al 22,7%, reflejando una mayor diversificación del gasto familiar.
Además, el número de precios relevados pasará de 320.000 a 500.000 y los informantes se ampliarán de 16.700 a 24.000.
Toda la recolección será digital, lo que eliminará los formularios en papel y reducirá, argumentan desde el INDEC, errores de carga.
El nuevo índice se publicará por primera vez el próximo mes de febrero, con los datos de enero, en el que será el primer IPC oficial del 2026.
INDEC analiza cambios en la forma de medir la pobreza en Argentina
Pero todo parece indicar que las reformas no se limitarán únicamente al Índice de Precios al Consumidor.
Es que, según informó Ámbito, el INDEC también estaría trabajando en una revisión integral de la metodología para medir la pobreza, que se apoya en la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Total (CBT).
Estas definen los umbrales de indigencia y pobreza, y hoy se basan en patrones de consumo de hace casi dos décadas.
La actualización se haría, al igual que el IPC, en base a la ENGHo 2017-2018.
La CBA actual contempla un mínimo de 1.750 calorías diarias por persona, mientras que los nuevos estándares internacionales fijan un promedio más cercano a 1.600.
El cambio también impactaría en la Canasta Básica Total, que incorpora bienes y servicios no alimentarios, como transporte, salud o vivienda.
En este punto, dentro del INDEC aún se debate si incorporar el gasto en alquileres, un tema clave dado el fuerte peso que tienen hoy en el presupuesto de los hogares urbanos.
En paralelo, el organismo planea modernizar la Encuesta Permanente de Hogares, base para medir empleo e ingresos, y el índice de salarios, con la idea de mejorar la frecuencia y calidad de los datos, especialmente en el sector informal, donde actualmente hay un rezago de varios meses.