Visa dio un paso clave en la modernización de los pagos internacionales, con el lanzamiento de una prueba piloto que incorpora stablecoins como herramienta de liquidación en tiempo real.
El programa, bautizado como Visa Direct, utiliza USDC y EURC –stablecoins emitidas por Circle y vinculadas al dólar y al euro respectivamente– para facilitar transferencias transfronterizas instantáneas entre bancos, fintechs y proveedores de remesas.
El objetivo central de esta prueba es reducir los tiempos de liquidación y eliminar la necesidad de mantener fondos inmovilizados en cuentas prefinanciadas, una práctica común en los sistemas tradicionales que suele generar demoras, especialmente durante fines de semana o fuera del horario bancario.
Con esta nueva tecnología, la plata ya no tiene que estar inmovilizada y en lugar de esperar días para hacer una operación, las empresas pueden enviar y recibir dinero al instante, lo que les da una ventaja clave en un mundo cada vez más conectado y rápido.
La infraestructura detrás de Visa Direct conecta más de 11.000 millones de tarjetas, cuentas y billeteras digitales en 195 países, lo que convierte a esta plataforma en un canal estratégico para escalar el uso de activos digitales.
Al integrar stablecoins como medio de pago, Visa no solo busca agilizar las transferencias, sino también ofrecer una alternativa más flexible y programable frente a las monedas fiduciarias.
Las stablecoins ganan terreno con apoyo legal y acuerdos estratégicos
El piloto también tiene implicancias regulatorias. En los Estados Unidos, la Ley GENIUS comenzó a delinear un marco legal para el uso de criptomonedas en sistemas financieros, algo que podría acelerar la adopción de stablecoins como instrumentos legítimos de pago.
En Europa, Circle ya obtuvo cumplimiento bajo la normativa MiCAR, algo que refuerza el uso de estas monedas en contextos institucionales.
Además, acaba de firmar un acuerdo con Deutsche Börse para integrar sus stablecoins en plataformas de liquidación de capitales.
El uso de estos activos digitales podría escalar desde el consumo minorista hasta las finanzas mayoristas.
Aunque el volumen procesado por Visa en stablecoins todavía representa una fracción mínima frente a los u$s16 billones que mueve anualmente, la tendencia es clara: los gigantes financieros exploran seriamente las capacidades de la blockchain para transformar sus operaciones.
Si el piloto resulta exitoso, Visa podría ampliar el uso de stablecoins a más socios en 2026 e incluso considerar la emisión de una moneda digital propia.
En ese escenario, los pagos transfronterizos dejarían de ser un proceso lento y costoso para convertirse en una operación instantánea, transparente y global.