Septiembre no concluye fácilmente para Bitcoin (BTC). Su cotización ronda los u$s113.600 al momento de esta redacción, tras un retroceso del 3% en la última semana.
Esa baja benefició a los ahorristas argentinos, ya que también descendió el dólar tras el swap por u$s20.000 millones del Departamento del Tesoro de EE.UU. que impulsó Donald Trump, haciendo más atractiva la compra de BTC.
El criptoactivo viene golpeado por movimientos de ballenas y un mercado global que aún digiere la política monetaria de la Reserva Federal. Sin embargo, detrás de la volatilidad diaria, emergen señales estructurales que definirán el futuro inmediato del activo más valioso del ecosistema cripto.
Ballenas en modo vendedor
Durante septiembre, los grandes inversores de Bitcoin intensificaron su estrategia de desinversión. Según datos de CryptoQuant, las ballenas liquidaron más de 147.000 BTC en apenas un mes, configurando la salida mensual más acelerada del ciclo actual.
La presión se concentró en los tenedores de largo plazo (LTH), que suelen acumular durante años y rara vez se desprenden de sus monedas. El 22 de septiembre enviaron más de 1.400 BTC a exchanges horas antes de que la criptomoneda perdiera el soporte de los u$s115.000. Ese mismo día, Binance registró entradas por u$s120 millones en BTC, a las que se sumaron otros u$s52 millones 24 horas después.
"El mercado interpretó este patrón como una señal de toma de ganancias coordinada, lo que reforzó la fragilidad de los soportes técnicos", advierte a iProUP la especialista cripto Juliana Pereyra. En paralelo, la Fed confirmó un recorte en las tasas hasta el 4% anual, movimiento que añadió ruido a un mercado ya sensible a cualquier cambio en la liquidez global.
La apuesta institucional que sostiene el precio
Mientras las ballenas ajustan posiciones, las tesorerías corporativas consolidaron a Bitcoin como activo estratégico. Desde octubre de 2024 hasta septiembre, el valor de criptoactivos en manos de empresas cotizantes pasó de u$s15.000 millones a más de u$s100.000 millones.
De ese total, BTC concentra más de un millón de monedas distribuidas en 100 compañías, con un valor estimado en u$s117.000 millones. Strategy, la firma pionera en este terreno, mantiene en su balance 639.835 BTC.
Ethereum también ganó terreno, con 5,25 millones de ETH acumulados por firmas listadas en Bolsa, equivalentes a u$s22.000 millones. Incluso Solana comenzó a figurar en las carteras, con 17 millones de tokens valuados en u$s3.600 millones.
Este proceso marca una diferencia respecto de ciclos anteriores: Bitcoin dejó de ser un activo dominado por minoristas y pasó a ser pieza clave en las finanzas corporativas. La presión de venta de ballenas encuentra un contrapeso en el interés de compañías que ven en los criptoactivos una herramienta para diversificación y resguardo.
Para Javier García de la Torre, director de Binance en España, "BTC y ETH deberían registrar una demanda sostenida, mientras que las altcoins de gran capitalización y alta calidad también pueden beneficiarse si los mercados de financiación y la base de futuros se mantienen ordenados".
"A partir de aquí, los datos de empleo e inflación determinarán si es probable otro recorte este año o si la Fed hace una pausa", agrega de la Torre.
Perspectivas para el corto plazo
Con BTC moviéndose en u$s113.000, el mercado debate la próxima dirección. Iván Bolé, analista de mercados y experto cripto, señala a iProUP: "u$s112.000 define el movimiento seguido. Si lo pierde, se abren dos targets bajistas: u$s100.500 y u$s106.500. Si lo mantiene, podemos esperar un nuevo ataque al máximo histórico de u$s124.500".
Bolé aclara que "antes habrá que sortear la sólida resistencia que se formó entre u$s117.500 y u$s118.900".
Pereyra coincide: "Bitcoin se encuentra en un punto de inflexión. El soporte en u$s112.000 es crítico y, si se pierde, podemos ver caídas hacia los u$s108.000. Aun así, el interés de largo plazo sigue intacto y cada corrección abre oportunidades de entrada para inversores con horizonte mayor a un año".
Ambos analistas remarcan que la volatilidad no debería eclipsar la tendencia de fondo: la adopción institucional y el uso de Bitcoin como reserva alternativa frente a la incertidumbre monetaria en EE.UU. De cara al cuarto trimestre, Bitcoin enfrentará un escenario dual:
- Por un lado, la presión de las ballenas y la especulación en exchanges pueden mantenerlo atrapado en un rango de u$s110.000–117.000
- Por otro, la entrada de corporativos y el interés creciente en fondos cotizados (ETF) spot refuerzan la narrativa alcista
El desenlace dependerá de la política monetaria estadounidense. Recortes más agresivos de tasas pueden debilitar al dólar y empujar a BTC como cobertura, mientras que una Fed más dura con la inflación limitaría el flujo hacia activos de riesgo.
En cualquier caso, la magnitud de las compras institucionales sugiere que, aun con correcciones, Bitcoin encontró un piso de adopción difícil de revertir.
Como sintetiza Pereyra: "Lo que vemos ahora no es el fin de un ciclo, sino el reacomodamiento antes de la próxima etapa. Cada vez que Bitcoin consolida un rango alto, suele preparar el terreno para nuevos máximos".
"Tenemos mucho tenedor de Bitcoin, de hace muchos años, tomando ganancias. Eso genera presión. A eso hay que sumarle una estacionalidad bajista como septiembre, próxima a concluir", resalta Bolé.
El experto cree posible un nuevo turno alcista, cuestión que "se definirá en el tramo final de septiembre y el arranque de Uptober", la jerga para denominar a octubre como un escenario de subas (up) para el mercado cripto.