El Banco Central (BCRA) se vio forzado la semana pasada a intervenir con más de u$s1.000 millones para contener la escalada del dólar, que superó los $1.520 por unidad la semana pasada. La tensión también golpeó a los bonos argentinos, que se desplomaron y empujaron al riesgo país por encima de los 1.500 puntos básicos.

La situación comenzó a revertirse tras el respaldo público de Donald Trump al presidente Javier Milei, en la antesala del encuentro que ambos mantendrán en Nueva York durante la Asamblea General de la ONU. "Enorme agradecimiento por el apoyo incondicional al pueblo argentino. Los que defendemos las ideas de la libertad debemos trabajar juntos", escribió Milei en redes sociales.

El efecto fue inmediato: el dólar retrocedió hasta los $1.430, una caída superior al 5%, mientras que los bonos y acciones argentinas rebotaron hasta 15%. Con ello, el riesgo país cedió a 1.140 puntos básicos, devolviendo algo de aire al Gobierno en medio de la volatilidad.

Qué significa la baja del riesgo país

El riesgo país es un indicador clave para medir la confianza de los inversores en una economía. Refleja la sobretasa que debe pagar un país —o incluso una empresa— al emitir deuda frente al rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, considerados de riesgo nulo.

Cuanto más alto es este diferencial, mayor es la percepción de riesgo de incumplimiento, lo que encarece el acceso al crédito externo. En cambio, un descenso del indicador abre la puerta a financiamiento más barato y a mejores condiciones para inversiones públicas y privadas.

En diálogo exclusivo con iProUP, Eric Paniagua, economista y socio de Dracma Venture Capital Consulting, explicó cuál es el impacto de la baja del riesgo país en la vida cotidiana de los argentinos.

El experto señaló que "al ahorrista de a pie, al inversor que no está comprado en acciones ni en bonos, la baja del riesgo país mucho no le cambia, al menos en lo inmediato. Hoy, si baja 100 o 200 puntos, no modifica nada en su economía diaria".

Sin embargo, Paniagua reveló que sí puede haber un efecto más relevante en el mediano plazo.

"Si esta baja se sostuviera, Argentina podría acceder a financiamiento más barato. Eso permitiría mejorar infraestructura y generar mejores condiciones de vida en general. El beneficio directo es para los inversores, ya que cuando el riesgo país baja, sus bonos suben de precio", subrayó el economista.

El desafío hacia adelante

Si bien la caída del riesgo país ofrece un respiro, el Gobierno enfrenta vencimientos de deuda por más de u$s30.000 millones en los próximos dos años. El posible apoyo del Tesoro estadounidense será crucial para aliviar tensiones y sostener la estrategia de estabilización.

De momento, los mercados reaccionaron positivamente, pero la sostenibilidad de la baja dependerá de la política económica local y de la concreción de la ayuda internacional.

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