En plena tensión cambiaria, los argentinos siguen mostrando que no sólo apuestan al dólar, sino también al colchón cripto.

Así la última edición del Informe Blockchain Latam 2025, el país logró consolidar la regulación y adopción más sólidas de monedas digitales en la región, incluso superando a Brasil en varios indicadores clave

El avance de los activos digitales en América Latina es indiscutible, pero el país es el protagonista absoluto. El dato más contundente es que en sólo un año, recibieron u$s91.000 millones en activos digitales en la cadena. Esto equivale al 30% de los u$s245.000 M que tienen en verdes fuera del país.

Ese volumen lo posiciona como la nación más activa de la región, por encima de Brasil, que con una población cinco veces mayor movió menos criptomonedas en igual período.

El contraste con brasil

Brasil mantiene el mayor mercado cripto en términos absolutos, con un 4% de la población involucrada (serían unos 6,5 millones de personas), pero su dinámica es distinta. Allí, la adopción está impulsada por instituciones financieras tradicionales y bancos que integran servicios digitales en sus plataformas. Es un modelo de arriba hacia abajo.

En Argentina, el motor del ecosistema son los exchanges y plataformas de intercambio, que abrieron el acceso masivo al público minorista. La diferencia es notable: mientras que en tierras verdeamarelas la comunidad cripto enfrenta restricciones y señales hostiles desde el gobierno, en Argentina el mercado se adaptó con rapidez a una demanda que crece desde la base de usuarios.

"El caso argentino es único en el mundo: la gente adoptó las criptomonedas no por moda, sino por necesidad", afirma a iProUP Juliana Pereyra, especialista cripto. "Cuando un argentino compra USDT, no está especulando con un token, está asegurando su poder adquisitivo en un entorno donde el peso pierde valor a diario".

El ahorrista no se equivoca y aprendió que es la opción más conveniente. En tiempos de pax cambiaria, el dólar cripto se mantiene en línea con las otras cotizaciones. Pero ante las turbulencias, se dispara, por lo que el usuario se queda con más pesos y pierde menos valor. Los datos están a la vista:

El informe de Sherlock Communications resalta que Argentina, pese a su complejidad macroeconómica, consolidó uno de los marcos regulatorios más consistentes de la región. La regulación local no solo habilita un entorno estable para el uso de monedas digitales, sino que además fomentó el crecimiento de startups y el interés de inversores globales.

Chile, Colombia y México avanzaron con marcos legales propios, pero ninguno alcanzó todavía el nivel de profundidad que muestra el ecosistema albiceleste. En ese sentido, la combinación de necesidad ciudadana, oferta de servicios y reglas claras posiciona al país como epicentro de la criptoeconomía regional.

"Lo más interesante es que, mientras el gobierno brasileño impone medidas que empujan a su mercado hacia el exterior, Argentina logró que la adopción se vuelva local, cotidiana y enraizada en la vida financiera de las personas", afirma a iProUP Emiliano Luque, analista especializado en cripto fintech.

Más allá del refugio

El uso de criptomonedas en Argentina comenzó como reacción defensiva frente a la inflación y el cepo, pero el ecosistema evolucionó hacia nuevas capas de valor. Hoy, además de dólares cripto como resguardo inmediato, crece el interés en Bitcoin como activo de reserva estructural y en proyectos como Solana, que ofrecen altas velocidades y utilidad en finanzas descentralizadas (DeFi).

La narrativa también se amplía hacia casos de uso como remesas, pagos internacionales, financiamiento de startups y proyectos vinculados a blockchain para trazabilidad e innovación financiera.

"Primero llegan las stablecoins, porque son simples y resuelven un problema urgente. Pero cada vez más usuarios destinan una parte de su portafolio a Bitcoin o Ethereum, como un seguro de largo plazo frente a la incertidumbre local", sintetiza Juliana Pereyra.

La foto regional muestra realidades distintas. Chile avanzó con una Ley Fintech que estructuró el mercado, Colombia logró que un banco líder como Bancolombia integre criptomonedas en su operatoria y El Salvador apostó por el Bitcoin a nivel estatal. Pero ninguno de esos modelos alcanzó la escala de uso cotidiano que exhibe Argentina.

En este contexto, la percepción de los analistas es clara: Argentina no solo se posiciona como referente regional, sino que marca un camino propio de adopción desde abajo hacia arriba, con foco en el usuario minorista y en la necesidad de cubrirse frente a una economía volátil.

"Los argentinos encontraron en las criptomonedas la herramienta más eficiente para dolarizarse sin restricciones, enviar y recibir dinero sin fricciones y, al mismo tiempo, construir una alternativa de ahorro que trasciende al peso", resalta Luque.

La conclusión es inevitable: en una región marcada por la desigualdad económica y la falta de confianza en las instituciones, Argentina supo transformar la crisis en motor de innovación. Y así se consolidó como líder indiscutido en América Latina.

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