El mercado cambiario argentino atravesó horas turbulentas durante el día martes. Todo, claro, como resultado de distintos frentes de conflicto abiertos (como el caso de los audios) y con el Gobierno interviniendo en el mercado mayorista para contener la suba.
Entretanto, los dólares financieros operaron cerca del techo de la banda. En ese contexto, el dólar cripto, la referencia que cada vez más argentinos usan para dolarizarse al instante, se ubicó en torno a los $1.380 y mostró un movimiento particular en la operatoria: aumentaron las ventas.
Qué pasó con el dólar cripto
Según datos de Lemon, la dinámica que experimentaron con el dólar cripto fue singular: "Si bien solemos tener más compras, un 56% del volumen operado en dólar cripto correspondió a la venta".
Desde la exchange revelan a iProUP que "este fue el séptimo día con más volumen de venta del año, superando en un 60% a un lunes promedio. Estamos por superar (17 horas) el volumen promedio diario y la tendencia vendedora de dólar cripto se mantiene".
Este comportamiento se da justo cuando el Banco Central interviene en el mercado oficial para moderar expectativas y el Tesoro confirma que participará en las ruedas.
"La presencia oficial en la plaza cambiaria logró aplacar el avance del tipo de cambio mayorista, aunque con un costo político: terminó de confirmar que el esquema de bandas de flotación atraviesa su etapa más crítica", advierte a iProUP el economista Diego Dequino.
La operatoria en exchanges se volvió, en los últimos años, un espejo del humor financiero local. Con las restricciones sobre la cotización ahorro y las trabas crecientes al acceso a divisas, el dólar cripto funciona como un canal inmediato, 24/7, sin cupos ni controles. Y, a juzgar por los testimonios de las plataformas, esta vez sirvió como una "oportunidad para hacerse unos pesos".
"Lo que llamó la atención no fue tanto el precio, que se alineó con las cotizaciones libres, sino el cambio de tendencia en los flujos: predominó la venta de stablecoins a pesos", señala Dequino.
De nuevo, para los especialistas, este movimiento refleja necesidades de liquidez a fin de mes, más que una apuesta a desdolarizarse.
Estacionalidad y demanda estructural
Julián Colombo, CEO de Bitso Argentina, aporta otra explicación ligada a la estacionalidad: "Es una semana que viene muy en línea con lo que pasa regularmente a fines/principios de mes, en donde el volumen aumenta por fecha de cobros. El dólar digital suele ser el más elegido entre las cripto por los argentinos".
"En el primer semestre, el 85% de las compras de criptomonedas en el país fueron de USDT o USDC, frente a solo el 4% de Bitcoin", agrega.
Colombo añade que, en términos de portafolio, "las stablecoins figuran en segundo lugar, con el 19% del total (USDT y USDC), detrás de Bitcoin, que capta el 55% de las tenencias".
Esto marca una tendencia clara: el argentino promedio ya no busca tanto especular con volatilidad cripto, sino protegerse del peso y mantener liquidez en monedas duras digitales.
Qué mirar en las próximas semanas
El rumbo de la demanda de dólar cripto dependerá de tres factores:
- Política cambiaria y electoral: la decisión del Tesoro de intervenir directamente en el mercado genera un alivio de corto plazo, pero si se profundizan las tensiones, la presión se trasladará a los dólares paralelos y al cripto
- Calendario estacional: los días de pago de salarios suelen disparar la compra de stablecoins. El inicio de septiembre podría mostrar un repunte de la demanda
- Entorno internacional: si la Reserva Federal concreta un recorte de tasas en septiembre, habrá más liquidez global y mayor apetito por activos de riesgo, algo que podría traccionar a Bitcoin y al ecosistema en general
Con el oficial mayorista cerca del techo de $1.467 y contratos de futuros que ya descuentan un tipo de cambio por encima de ese nivel para octubre/noviembre, la expectativa de devaluación alimenta la preferencia por cobertura.
Sin embargo, el movimiento de ventas de esta semana muestra que el dólar cripto también se convirtió en una vía de liquidez cotidiana: quienes cobran en pesos lo compran, quienes necesitan pesos lo venden.
La volatilidad, la incertidumbre y la facilidad de acceso lo transforman en un actor central del día a día. Si bien el precio de referencia seguirá marcado por la política económica y el humor electoral, la tendencia de largo plazo sigue firme: el dólar digital ya no es un refugio de nicho, sino una herramienta masiva para millones de argentinos.