El ecosistema de capital de riesgo en América Latina está experimentando una recuperación interesante pero desequilibrada.

Según Crunchbase, celebramos una recuperación del 26% en inversión durante 2024, alcanzando u$s2.850 millones, y México superando a Brasil por primera vez en recaudación de fondos en Q2 2025. Sin embargo, una lectura más profunda de estos datos revela una oportunidad única para inversionistas ángel y fondos de etapa temprana.

La realidad es que nos enfrentamos a un ecosistema en el que las rondas grandes capturan la atención, pero el valor real se está creando en las etapas más tempranas. Y quienes entiendan esta dinámica tendrán acceso a las mejores oportunidades de inversión.

La oportunidad oculta en las rondas tardías

El primer elemento que debería llamar la atención de fondos locales e inversores semilla es la composición de esta "recuperación".

De los u$s961 millones recaudados en Q2 2025, un significativo 57% (u$s547 millones) se concentró en rondas de etapa tardía y crecimiento, prácticamente el doble que en el primer trimestre.

Cuando el financiamiento se concentra en empresas ya establecidas –como la ronda de u$s170 millones de Klar, los u$s127 millones de Kavak, o los u$s120 millones de New Wave– estamos siendo testigos de un ecosistema en el que hay menos competencia en las etapas iniciales.

Los números confirman esto: mientras las rondas de crecimiento explotaron con un aumento del 102% año tras año, el número de rondas disminuyó "secuencial y anualmente en las etapas ángel, semilla y temprana".

Esto significa que las startups en etapas tempranas están luchando para obtener financiamiento en fase semilla y que las rondas de inversión Serie A que se obtienen por parte de los fondos de inversión institucional son escasas.

Para fondos locales de inversión semilla e inversionistas ángel, esto representa una oportunidad histórica. Menos competencia significa acceso a mejores acuerdos, mejores términos y mayor capacidad para agregar valor estratégico a las startups en sus portafolios.

El acceso a inversión de las startups dependerá mucho de la fortaleza de los ecosistemas locales de inversión, de las oficinas de familia, los fondos especializados en inversión temprana en mercados específicos.

El nuevo estándar: de promesas a métricas, el ejemplo de china

La segunda tendencia fundamental es el cambio en las expectativas de los inversores. El panorama de capital de riesgo se está dividiendo cada vez más entre empresas AI-first con capital disponible y aquellas donde la inteligencia artificial no es central al modelo de negocio, las cuales enfrentan condiciones de financiamiento más desafiantes.

En julio pasado, la noticia que ningún medio de América Latina publicó, pero que debería servir como caso de estudio es el acuerdo biofarmacéutico entre GSK y Hengrui de China.

El compromiso en el que la empresa biofarmacéutica china podría recibir hasta 12.000 millones de dólares en un acuerdo que abarca una docena de activos, es una de las señales más claras hasta la fecha de que los acuerdos transfronterizos entre Oriente y Occidente han experimentado un cambio fundamental.

En comparación con las empresas occidentales, las biofarmacéuticas chinas generan datos clínicos con mayor rapidez y cuentan con una selección más amplia de activos en desarrollo disponibles para licencias, según analiza la firma Biocentury.

Esta nueva selectividad beneficia a los inversores tempranos que saben identificar startups con potencial real.

Las startups que están recaudando capital exitosamente en 2025 tienen características que los inversionistas ángel pueden identificar temprano:

La ventaja del conocimiento sectorial

El tercer factor que favorece a los inversores tempranos es la creciente importancia del ajuste sectorial. Los sectores que reciben más inversión –fintech, proptech, software, y especialmente IA– requieren conocimiento especializado que muchos inversionistas ángel poseen a través de su experiencia profesional.

Los inversores tempranos con experiencia sectorial tienen una ventaja competitiva única. Por ejemplo, la experiencia de BBVA, habiendo explorado colaboraciones con más de 300 startups, ilustra cómo las grandes corporaciones valoran startups que entienden profundamente su industria.

Cuando los bancos necesitan soluciones que les tomaría meses desarrollar internamente, pueden implementar rápidamente soluciones de startups que abordan estas necesidades directamente.

Los inversionistas ángel pueden identificar estas oportunidades antes que los fondos generalistas porque:

Casos exitosos como Ebanx y dLocal, que se están expandiendo de América Latina a África y Asia, muestran cómo las startups con conocimiento sectorial profundo pueden escalar globalmente, una tendencia que los inversores tempranos pueden identificar y capitalizar.

¿Hora de que las Pymes ingresen a la cancha?

La cuarta oportunidad reside en las pequeñas y medianas empresas que tradicionalmente han sido espectadores en el ecosistema de inversión o han tenido una postura restrictiva frente a los startups en los que invierten.

Si los dueños de Pymes con capacidad para invertir han aprendido la lección y no buscan apropiarse de una innovación, sino que buscan ser parte de ella, las condiciones actuales del mercado las favorecen como nunca antes.

Varios factores convergen para crear condiciones ideales para las Pyme que quieren invertir:

La clave para las Pymes no es imitar a los fondos de capital de riesgo, sino complementarlos. En lugar de buscar el próximo unicornio, deberían enfocarse en startups que:

El ecosistema futuro: más diverso y especializado

El panorama emergente favorece un ecosistema de inversión más diverso y especializado, con una subpenetración significativa que aún representa la mayor oportunidad para los inversores tempranos. El éxito futuro del ecosistema depende de que todos los actores encuentren su nicho:

El momento es el correcto. Hay una tendencia clara hacia inversiones cada vez más tempranas, con algunas rondas ocurriendo en etapas pre-lanzamiento, respaldando fundadores excepcionales antes de que hayan finalizado siquiera su tesis de negocio.

Esta tendencia hacia inversiones cada vez más tempranas favorece a inversionistas ángel y fondos semilla que pueden moverse rápido, agregar valor específico, y acompañar a los fundadores desde las etapas más tempranas de construcción.

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