En el convulso escenario actual del mercado cripto, Ethereum (ETH), la segunda criptomoneda más relevante tras Bitcoin, vuelve a acaparar atención por su notable desempeño: se encuentra a un paso de alcanzar su último ATH (all time high o máximo histórico) e iliusiona a los inversores.

Las causas de la suba

Agosto dejó un repunte significativo para Ethereum. Tras un clima macro más benigno y mayor apetito por riesgo, ETH registró alzas de doble dígito intradía y volvió a rozar su ATH. En las últimas 24 horas, el activo avanzó 14%, hasta los u$s4.850; a escasos dólares de su pico histórico, de u$s4.981.

El movimiento también está vinculado a expectativas en torno a discursos de la Reserva Federal y al tono de la política monetaria, factores que suelen amplificar la volatilidad en los criptoactivos. Y que activaron a todo el panel de activos digitales:

Desde lo técnico, los inversores identifican patrones de continuidad alcista tras rupturas de consolidaciones de corto plazo, lo que mantiene vivas las apuestas a una extensión del movimiento. Por el lado de los derivados, la liquidación de cortos agrava las subidas (el clásico short squeeze) ante la baja de cientos de millones de dólares en posiciones bajistas.

En resumen, la segunda moneda más capitalizada se vio beneficiada por:

¿Qué predicen los modelos y analistas para 2025?

Las proyecciones para ETH en 2025 son amplias y dependen del escenario macro, del avance regulatorio y del flujo hacia productos de inversión (como fondos o ETF). Un rango conservador ubica a Ethereum consolidando por encima del anterior máximo histórico si se sostienen las entradas y la narrativa de utilidad (DeFi, tokenización, staking).

En un escenario base, analistas ven factible que la cotización fluctúe en una banda de 5.000 a 7.000 dólares, con picos superiores si se combinan catalizadores (mejora macro, adopción institucional, mayor quema de emisiones por actividad on‑chain).

En un escenario optimista, y suponiendo que la demanda neta supere ampliamente a la oferta circulante —incluida la que fluye desde validadores—, no se descarta una zona de 7.000 a 9.000 dólares.

En el extremo muy alcista, con fuerte tracción de casos de uso (tokenización de activos financieros, pagos empresariales, rollups y data availability a escala) y clima global propicio, algunos estrategas y herramientas cuantitativas barajan el umbral de 10.000 dólares.

No obstante, hay alertas que invitan a la prudencia. Cuando un alto porcentaje del suministro se encuentra en ganancias, históricamente aumentan las tomas de beneficio y se habilitan correcciones de magnitud. A su vez, un giro más restrictivo de la política monetaria, salidas de capital de vehículos de inversión o una caída previa de Bitcoin pueden trasladarse con fuerza a ETH.

Cuál será el precio según los analistas

Los principales analistas de Wall Street esperan un futuro prometedor para la segunda criptomoneda en capitalización:

Esta dispersión refleja diferencias en supuestos sobre adopción institucional, competencia de soluciones L2, mejoras técnicas y entorno regulatorio. Para el inversor, la clave es distinguir entre riesgo de corto plazo y potencial de adopción a largo plazo.

Amenazas como una corrección técnica tras un suministro mayoritariamente en ganancia o desaceleración macro global pueden frenar su trayectoria alcista. Ethereum atraviesa un momento crítico en 2025: con recientes avances cerca del ATH y perspectiva técnica estimulante, pero también señales que invitan a la prudencia.

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