Los autos autónomos y eléctricos son cada vez más comunes en todo el mundo. Sin embargo desde el momento en que algo se conecta a la red es susceptible de ser atacado, y los autos no son la excepción. Según un estudio de The Upstream los ataques a automóviles tiene un crecimiento cada vez mayor: de 15 incidentes en el primer trimestre de 2018 pasaron a 51 registrados durante el primer trimestre de 2019.

Si bien no todos los ataques son maliciosos, el 28 de los que se registraron pertenecen a investigaciones o ataques para descubrir vulnerabilidades que posteriormente se tratan de solucionar. Según The Upstream los ataques se dan principalmente en los coches que se abren sin llave, los cuales representan casi la mitad de los ataques reportados. A menudo estos sistemas son débiles y se pueden romper con aparatos universales y por eso el fabricante Kia vende una solución sencilla y efectiva para evitar la copia de llaves inalámbricas: una funda.

Otro punto vulnerable son los servidores donde se almacena la información de los vehículos y lo que permite conectarlos entre sí y con otros dispositivos. Según el estudio, un 17% de los ataques apuntaron a esto, lo cual es especialmente peligroso sabiendo que se pueden mandar comandos a un vehículo en marcha y conseguir  el control del coche. 

El principal objetivo de estos ataques es robar el automóvil, en un 40% de los casos, mientras que manipular el vehículo en movimiento se dio en el 14% de los casos. Los ataques a coches conectados, al disponer generalmente todo un modelo de la misma tecnología, es más fácil realizarlos en masa. Sin embargo actualizarlos no es tan sencillo y rápido como en una computadora o un teléfono celular.

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