El mercado cripto atraviesa, como en otras oportunidades, semanas de volatilidad. Binance Coin (BNB) no es la excepción: el token de la exchange más grande del mundo retrocedió hasta los u$s833 al comenzar el miércoles 20 de agosto y puedo avanzar hacia los u$s867 al momento de esta redacción.
Todo esto, después de haber escalado con fuerza durante los últimos meses. No obstante, las señales técnicas y el análisis de los expertos que dialogaron con iProUP sugieren que, pese a la incertidumbre, el activo puede encaminarse hacia los u$s1.000 antes de fin de año.
BNB no es un simple token especulativo, sino que es un activo íntimamente ligado al ecosistema de la exchanges número uno. Su uso como medio de pago de comisiones, acceso a beneficios exclusivos y, sobre todo, su rol como moneda nativa de la Binance Smart Chain (BSC) le otorgan una utilidad práctica que refuerza la demanda.
A la hora de analizar la performance de BNB es necesario poner en escena su dependencia de la plataforma que, además, sirve para mostrar la película y no solo la foto actual.
En el último mes, el volumen de operaciones subió 15%, acompañado por hitos recientes como el lanzamiento de nuevas funcionalidades en el exchange (impulsaron el precio un 5% en 24 horas) y acuerdos estratégicos que sumaron otro 3% a la cotización, de acuerdo con The Block.
Sin embargo, esta dependencia del éxito de Binance es un arma de doble filo: cualquier tropiezo regulatorio o técnico en la plataforma impacta de inmediato en BNB, como ya sucedió en ciclos previos. También un repunte del sentimiento cripto actúa como catalizador indirecto del token.
Mientras Bitcoin cotiza en torno a los u$s113.600 y Ethereum en u$s4.178, el precio de BNB luce un tanto rezagado en términos absolutos. Para la economista y analista cripto Liliana Culjak, "esa brecha también refleja una oportunidad: su crecimiento porcentual puede resultar superior en escenarios alcistas".
La experta sostiene que "Bitcoin mantiene su rol de 'reserva digital', mientras Ethereum se consolida como plataforma para contratos inteligentes". En cambio, "BNB ofrece un perfil mixto: exposición al exchange líder y al mismo tiempo participación en el ecosistema de aplicaciones descentralizadas".
Los gráficos refuerzan la expectativa positiva. El analista Rodrigo Mansilla señala a iProUP que "el índice de fuerza relativa (RSI) de BNB se ubica en 60, lejos de la zona de sobrecompra, mientras las medias móviles de 50 y 200 días se encaminan a una convergencia alcista".
Dato no menor, Bloomberg reportó que, de sostenerse este ritmo, el token podría crecer un 10% adicional en agosto, acercándose a los u$s916.
De todos modos, Mansilla cree que los soportes y resistencias son claros: "si pierde los u$s800, podría profundizar la corrección hacia los u$s700. En cambio, un quiebre firme por encima de los u$s890 confirmaría el regreso del impulso comprador".
Para el experto, "un BNB fuerte es visto como termómetro del ecosistema Binance y, en parte, de la salud del mercado cripto en general". La afirmación tiene sentido a partir de que su avance suele arrastrar a tokens más pequeños de la BSC y contribuir a la liquidez de Bitcoin y Ethereum.
No obstante, son los propios expertos quienes advierten sobre un posible "efecto caníbal": cuanto más capital absorba BNB, menos recursos quedarán disponibles para altcoins de menor capitalización.
Vale recordar que, en 2021, el auge de las finanzas descentralizadas catapultó a BNB de u$s40 a más de u$s400 en apenas meses. El avance ocurrió gracias a la expansión de la Binance Smart Chain.
En 2022, tras el endurecimiento de regulaciones sobre exchanges, llegó una corrección del 25% en pocos días. Estos antecedentes muestran cómo el token se mueve al compás de la innovación y los marcos regulatorios. De acuerdo con proyecciones del mercado, los precios objetivo del token y posibilidades son los siguientes:
Un punto de encuentro entre los expertos que dialogaron con iProUP es que BNB seguirá siendo uno de los activos más seguidos en los próximos meses.
Para lo que queda de 2025, el camino de BNB dependerá de dos factores clave: la capacidad de Binance para innovar y el pulso de los reguladores. Mientras, los u$s1.000 aparecen como un objetivo posible, pero condicionado a que el mercado mantenga su apetito por riesgo y a que no se repitan los tropiezos del pasado.