Dogecoin, la popular memecoin de perrito, se encuentra en la mira de Qubic como su próximo objetivo tras ejecutar la semana pasada un ataque de 51% contra Monero (XMR).

Qubic, un proyecto de blockchain enfocado en inteligencia artificial (IA), indicó que el ataque a Monero consistió en controlar temporalmente más de 50% del poder computacional (hashrate) de la red, lo que permitió reorganizar bloques y bloquear transacciones.

Si bien este tipo de ataques no destruye la blockchain, compromete su integridad temporal y puede afectar la confianza de los usuarios.

Sergey Ivancheglo, fundador de Qubic, anunció que la comunidad del proyecto votó por Dogecoin en su servidor de Discord, con más de 300 votos a favor. Otras criptomonedas, como Kaspa y Zcash, quedaron muy atrás. 

La intención inicial de Qubic es minar Dogecoin para obtener ganancias y evaluar cómo funciona su modelo de incentivos en monedas compatibles con ASIC, sin planes inmediatos de un ataque de 51%.

Retrodrive, responsable de marketing de Qubic, indicó que la minería de Dogecoin llevará varios meses. El objetivo es usarla para entrenar su modelo de IA, AIGarth, al combinar la minería con cálculos externos. Aunque por ahora no planean atacar la red, no descartan acciones más agresivas en el futuro.

Caso Dogecoin, una advertencia para la comunidad cripto

Tras el ataque a Monero, Ivancheglo sugirió públicamente evaluar a Zcash como posible objetivo, algo que refleja la agresividad del proyecto hacia redes PoW. 

Mientras tanto, el token de Qubic subió más de un 20% en la semana posterior al ataque, con una capitalización de u$s355 millones.

Estos eventos ponen de relieve la fragilidad de las cadenas de bloques basadas en prueba de trabajo frente a actores con gran capacidad tecnológica y financiera. 

La comunidad de Dogecoin, respaldada por figuras como Elon Musk, podría implementar medidas defensivas, pero por ahora la amenaza de Qubic genera incertidumbre en el ecosistema cripto.

El caso de Qubic resalta cómo proyectos con recursos tecnológicos avanzados pueden desafiar la seguridad de las redes PoW tradicionales.

Mientras la comunidad cripto observa de cerca, la situación de Dogecoin es una advertencia sobre la necesidad de fortalecer los protocolos y mantener la vigilancia frente a actores capaces de combinar minería e IA para influir en el funcionamiento de una blockchain.

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