Un informe global puso en estado de alerta a los CISOs, responsables de la seguridad informática en las grandes empresas, al destacar que el verdadero desafío actualmente es enfrentar un ecosistema de riesgos cada vez más complejo y dinámico.
La seguridad informática ya no consiste en blindar una única puerta, sino en proteger una ciudad entera, como bien precisó el reporte elaborado por BrandShield, que consultó a 200 CISOs sobre los principales riesgos que enfrentan las organizaciones en la actualidad.
Lejos de existir una amenaza que sobresalga, el estudio revela una dispersión preocupante de riesgos que evidencia la complejidad del entorno digital presente, donde múltiples vulnerabilidades conviven y se potencian entre sí.
Entre las diez principales amenazas se destacan:
- el phishing
- el malware y ransomware
- la suplantación de marca
- la filtración de datos y credenciales
- ataques a la cadena de suministro
- vulnerabilidades en software de terceros
- amenazas internas
- fraudes en redes sociales
- deepfakes
- riesgos asociados a la inteligencia artificial generativa
"Este ranking indica que la preocupación está distribuida de manera equilibrada, lo que significa que los CISOs deben proteger sus organizaciones contra diversas amenazas interconectadas y simultáneas", resaltó Nestor Markowicz, COO de CertiSur.
El ecosistema de amenazas interconectadas que amenazan a las empresas
El informe subrayó que el enfoque tradicional de priorizar un único riesgo ya no es viable, porque el panorama digital exige ahora una perspectiva integral con múltiples líneas de defensa.
La automatización en la gestión de certificados digitales, la detección y eliminación de amenazas en tiempo real, y sumar capas de seguridad adicionales como la autenticación multifactor (MFA) se vuelven imprescindibles para las organizaciones.
La clave no está en buscar una solución única y perfecta, sino en construir una arquitectura de defensa sólida, flexible y complementaria para minimizar los riesgos desde distintos ángulos.
La seguridad digital actual exige una visión holística porque las amenazas son cada vez más sofisticadas y están profundamente interconectadas.
Un ejemplo claro es cómo una simple campaña de phishing puede abrir la puerta a un ataque de ransomware, o cómo la manipulación digital mediante deepfakes puede comprometer sistemas internos engañando a los propios empleados.
En este sentido, la resiliencia cibernética es ahora un objetivo estratégico primordial para proteger no solo los activos digitales, sino también la reputación y la continuidad operativa de cualquier organización.
Estrategias esenciales para fortalecer la ciberseguridad empresarial
Para los CISOs, la ciberseguridad deja de ser exclusivamente un tema tecnológico para convertirse en un asunto de negocio crítico.
Un ataque de ransomware o la filtración de credenciales pueden detener completamente la operación de una empresa, impactar su imagen pública y causar pérdidas económicas muy significativas.
Markowicz enfatizó que debido a la diversidad y conexión entre amenazas, un incidente que parece aislado puede escalar rápidamente, comprometiendo la confianza de clientes y la continuidad del negocio.
"Por ello, los ciberdelincuentes ya no se limitan a buscar una sola puerta de entrada, sino que lanzan ataques desde múltiples vectores para maximizar su impacto", resaltó.
El primer paso vital que recomiendan es tener visibilidad completa del entorno tecnológico, identificando qué certificados, accesos y sistemas están expuestos.
Luego, resulta imperativo automatizar la gestión de certificados digitales, implementar políticas estrictas de autenticación multifactor y fomentar la concientización y formación continua de los equipos internos.
Estas tres prácticas combinadas logran reducir la superficie de ataque de manera significativa y preparan a la organización para reaccionar con rapidez y eficacia frente a un incidente de seguridad.
La gestión proactiva para evitar el colapso empresarial por ciberataques
El panorama para los CISOs es cada vez más desafiante, ya que deben lidiar con un espectro amplísimo y en constante evolución de amenazas que pueden poner en jaque la estabilidad de cualquier organización.
El reporte de BrandShield apareció como un llamado de atención para que las empresas abandonen enfoques reactivos y unidimensionales, y adopten sistemas integrales de defensa cibernética que privilegien la automatización, la vigilancia continua y la educación constante de su personal.
La seguridad digital se transformó en un pilar estratégico, donde la tecnología, los procesos y las personas deben trabajar en conjunto para blindar una infraestructura que ya no es solo una red, sino una compleja ciudad hiperconectada.
Quienes logren adaptarse a esta demanda podrán no solo proteger sus activos, sino también garantizar la confianza, la reputación y la continuidad operacional en un entorno cada vez más hostil.
Sin esta adecuación integral, las empresas corren el riesgo real de sufrir colapsos que trascienden lo tecnológico y afectan su viabilidad comercial a largo plazo.