Un alto porcentaje de argentinos se endeuda para darse gustos, y esto impulsa a sectores clave de la economía. Todos los detalles
18.08.2025 • 13:00hs • Economía
Economía
El "placer" que mueve la economía: cómo el consumo emocional impulsa sectores claves en Argentina
Aunque el 40% de los argentinos se endeuda para darse un gusto, este comportamiento refleja la relevancia del consumo emocional en la economía nacional. Se trata de la adquisición de productos o servicios para satisfacer necesidades afectivas o psicológicas.
Este fenómeno no solo afecta las finanzas personales, sino que también tiene implicancias significativas para sectores clave como gastronomía, entretenimiento, turismo y tecnología, moldeando las tendencias de consumo y la evolución de los mercados.
Sectores impulsados por el consumo emocional
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Gastronomía: A pesar de las restricciones económicas, el deseo de experiencias culinarias sigue siendo fuerte. El 76% de los argentinos redujo la frecuencia con la que sale a comer, pero muchos optan por restaurantes casuales o de comida rápida para disfrutar de una experiencia gastronómica sin comprometer demasiado el presupuesto.
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Entretenimiento: Las salidas al cine, conciertos y eventos culturales siguen siendo populares. Aunque los gastos en entretenimiento disminuyeron, la demanda de experiencias que proporcionen placer y distracción emocional permanece alta.
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Turismo: El turismo, especialmente el de corta distancia y bajo costo, vio un repunte. Las escapadas de fin de semana y los viajes nacionales se convirtieron en una forma de satisfacer necesidades emocionales, ofreciendo descanso y recreación sin la necesidad de grandes desembolsos.
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Tecnología y productos personales: La compra de dispositivos electrónicos y productos personales, como ropa y cosméticos, también está influenciada por el consumo emocional. Estos productos no solo cumplen funciones prácticas, sino que también ofrecen gratificación inmediata y satisfacción personal.
Implicancias económicas y sociales
El consumo emocional tiene varias implicancias para la economía argentina:
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Endeudamiento creciente: Una parte considerable de los argentinos se endeuda para darse un gusto, lo que puede generar tensiones financieras a largo plazo.
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Prioridades cambiantes: A pesar de las dificultades económicas, muchos consumidores priorizan el gasto en experiencias y productos que les proporcionen bienestar emocional.
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Adaptación empresarial: Las empresas deben adaptarse a estas nuevas demandas, ofreciendo productos y servicios que no solo sean funcionales, sino que también satisfagan necesidades emocionales.
Cuando la experiencia vale más que el bolsillo
En la Argentina actual, más del 90% de los hogares convive con algún tipo de deuda y los sueldos pierden poder de compra casi en tiempo real, según un relevamiento de Naranja X. Bajo estas condiciones, se esperaría que cada gasto extra esté planificado al detalle. Pero no siempre es así.
De hecho, uno de los terrenos que más desafía esta lógica es el de los shows en vivo y los festivales de música. Encuestas recientes indican que 4 de cada 10 argentinos pidieron prestado o usaron crédito para asistir a un recital. Y no hablamos solo de entradas populares: muchas cuestan entre $80.000 y $150.000 y se agotan en pocas horas.
Para muchos jóvenes, la lógica es simple: si la vida es incierta, esperar el "momento correcto" para darse un gusto no tiene sentido. Compartir un recital con amigos y escuchar música en vivo se convierte en un evento prioritario, incluso si implica un esfuerzo económico que se pagará en cuotas.
En esta dinámica, el valor está en lo intangible. Diversos estudios psicológicos muestran que las experiencias generan recuerdos y satisfacción más duraderos que la compra de bienes físicos.
Parte de ese placer aparece antes del evento: la llamada dopamina anticipatoria —la sensación positiva de saber que algo emocionante va a suceder— convierte la compra de la entrada en una recompensa en sí misma.
Al final, el consumo emocional no solo refleja decisiones personales, sino que también se traduce en impacto económico concreto, impulsando sectores estratégicos y mostrando cómo las elecciones afectivas moldean la economía argentina actual.