En el mundo de las inversiones no convencionales, las monedas pueden esconder oportunidades inesperadas. Es el caso de una pieza de un dólar acuñada en 1999 con el rostro de Susan B. Anthony que alcanzó un precio superior a los u$s11.000 en una subasta especializada.

La moneda presenta una particularidad que la vuelve única: aunque su diseño pertenece a la serie de Susan B. Anthony —una activista estadounidense clave en la lucha por los derechos civiles y el sufragio femenino en el siglo XIX—, su color dorado proviene de una falla en el proceso de transición hacia las nuevas monedas conmemorativas de Sacagawea, introducidas en el año 2000.

Este error de acuñación hizo que se produjeran muy pocas unidades en esta combinación, lo que disparó su valor en el mercado coleccionista.

Mientras que las monedas comunes de Anthony están hechas de una aleación de cobre y níquel con un tono plateado, esta fue fabricada accidentalmente con el núcleo y el revestimiento de las monedas de Sacagawea, que le dan su tono dorado característico.

En numismática (la disciplina que estudia las monedas, billetes, medallas y otros objetos relacionados con el dinero), las monedas con errores —como acuñaciones dobles, fechas mal impresas o materiales equivocados— suelen convertirse en piezas codiciadas por los coleccionistas, especialmente si se conservan en perfecto estado.

Un mercado en crecimiento

Aunque la numismática no es un activo tradicional, cada vez más inversores se interesan por este tipo de objetos debido a su potencial de revalorización con el tiempo. Como en el arte o los vinos de colección, el secreto está en la rareza, el estado de conservación y la historia detrás de la pieza.

En este caso, la moneda de Susan B. Anthony fue vendida a través de una subasta especializada, el principal canal donde los coleccionistas y compradores profesionales buscan piezas auténticas y con algún valor histórico o técnico excepcional.

Para quienes buscan diversificar sus carteras con activos alternativos, este tipo de inversiones puede ser atractivo. Sin embargo, se recomienda contar con la asesoría de expertos o instituciones especializadas para verificar la autenticidad de las piezas y entender su verdadero valor de mercado.

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