En las últimas semanas, el dólar oficial volvió a ser protagonista: luego de una suba que lo llevó hasta los $1380, el tipo de cambio retrocedió levemente. Sin embargo, el movimiento dejó una vez más en evidencia una de las mayores inquietudes de los argentinos: qué hacer con sus pesos.
Frente a un escenario económico marcado por la volatilidad y la falta de certezas, muchas personas que suelen comprar dólares cada mes se preguntan si sigue siendo una buena estrategia o si conviene esperar a que el panorama se estabilice, si es que eso sucede.
La necesidad de proteger los ahorros choca con un contexto inestable, donde los precios cambian de un día para el otro y cuesta proyectar a mediano plazo. A esto se suma el impacto emocional que generan las subas repentinas: decisiones que antes parecían rutinarias, hoy generan más dudas que certezas.
Para entender mejor qué factores hay que tener en cuenta a la hora de decidir y qué alternativas pueden evaluarse según cada perfil, en diálogo con iProUP, el economista del observatorio OPEN, Federico Machado, dio algunas recomendaciones.
Qué hacer con los pesos en tiempos de incertidumbre
Machado asegura que "Mientras se mantenga el esquema cambiario actual, el dólar tiene un techo en la banda superior". En este sentido, indica que "actualmente el dólar no tiene mucha suba por delante, aproximadamente un 7%".
Sin embargo, el experto advierte sobre un error muy común en contextos de inestabilidad: el famoso "FOMO" (Fear of Missing Out).
"Significa ver que un activo está subiendo y salir a comprar por miedo a quedarse afuera. Cuando pasa esto, generalmente la mayor parte de la suba ya pasó, y los últimos en comprar son los que sufren ‘la corrección’, es decir, la baja del precio después de una suba muy acelerada".
En esta línea, Machado recomienda analizar con calma cada movimiento: "Si uno no tiene un gasto en dólares en lo inmediato, puede apostar a hacer tasas en pesos y comprar cuando esa potencial suba sea mayor".
Además, el economista explica que existen otras opciones financieras atadas al dólar que también se valorizan y pueden ser consideradas por quienes buscan alternativas de resguardo.
"Las alternativas más comunes son las Obligaciones Negociables en dólares (deuda de empresas que paga un interés fijo) y los CEDEARS (acciones del exterior, que varían con el precio de la acción, en este caso son más arriesgados)".
Con el panorama todavía inestable, Machado señala que lo central pasa por entender la propia situación y no dejarse arrastrar por el impulso. Sobre todo en momentos donde el mercado se mueve más por expectativas que por certezas.